No me gusta nada el tono que está adquiriendo la campaña electoral en Catalunya, donde los emigrantes, están siendo la mercancía barata, que unos utilizan de mala manera y los otros aun peor, para poder restarle votos a sus adversarios políticos. No le voy a poner nombres ni siglas a quines ahora se pelean de forma tan indigna las alcaldías de las principales ciudades de nuestro territorio electoral, para que nadie me acuse de partidista, pero es una desgracia colectiva para los catalanes, el que andemos ahí diciendo que los emigrantes traen enfermedades o que quien vote a tal partido se sube al carro de la xenofobia.. En política no vale todo y menos, que los dramas humanos se eleven a la categoría del despropósito ideológico para justificar la ausencia de ideas o la falta de buen gobierno que ofrecer a tu electorado. Si seguos este camino, partidos y sindicatos se verán superados la “tormenta del desierto” que representa Intet, donde las queras se transforman rápidamente en movientos de masas, que se tiran a la calle, sin que casi nadie se explique quien las ha convocado y tampoco, en que van a acabar sus protestas. En Siria, Yemen, Egipto, Tunez y Libia ya saben, desgraciadamente, de que va la cosa y en nuestro país, comenzamos a experentarlo ¿O es que las preras escaramuzas entre la policía y los manifestantes son una sple anécdota?.
Manuel Fernando González
Editor y Director