¡Quién lo diría: ya 50 años! Y además nos sorprende como si hubiese ido creciendo inadvertida, cuando es el fármaco que más debate y controversia social ha suscitado las plicaciones morales, religiosas, éticas … que pudiera tener, según colectivos muy diversos. En 1960 la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos autorizó el prer anticonceptivo hormonal oral combinado.
Al año siguiente pasó a expenderse a Europa, en concreto en la ciudad de Berlín. El 1 de junio los laboratorios farmacéuticos alemanes Schering distribuyeron en las farmacias de la entonces República Federal de Alemania el preparado hormonal que ha contribuido poderosamente a la revolución sexual de la mujer en la segunda mitad del siglo XX, al permitirle elegir el momento de la maternidad y el número de hijos deseados, y también poder separar los conceptos de sexualidad y reproducción.
Sin embargo, empezó a toparse con multitud de problemas en Europa. Sólo se recomendaba para regular trastornos menstruales y, como anticonceptivo, únicamente en algunos países y en mujeres casadas. Tuvo que llegar mayo de 1968 y la gran revuelta estudiantil de París para convertirla en un símbolo de la revolución sexual femenina de la segunda mitad del siglo XX.
La acción de la píldora se basa en la administración de un preparado hormonal que hace creer al organismo que existe embarazo y, ende, se inhibe la ovulación. La anticoncepción hormonal está considerada como la más fiable de cuantos métodos anticonceptivos existen actualmente. Pero, según los expertos, sólo debe utilizarse bajo prescripción facultativa a fin de que el ginecólogo elija el preparado más conveniente para cada mujer.
Estrógenos y progestágenos siguen siendo los componentes hormonales de la píldora y en los 50 años de su historia se han logrado reducir sensiblemente las prociones de estas hormonas y también se han sintetizado nuevos estrógenos y progestágenos mejor tolerados, lo que han disminuido notablemente sus efectos secundarios indeseables.
Mayka Sánchez