Son los hijos de la informática, de Intet y de todas las nuevas tecnologías. Han nacido con ellas. Las conocen cono si fueran sus hermanas o compañeras de clase. Pero no sólo eso: les apasionan, se sumergen en ellas y se olvidan de su entorno y del mundo. Y, sin darse cuenta, están atrapados como Ulises y sus naves los cantos de sirenas cuando regresaban a Ítaca.
De este delicado tema trata el libro “Adicción a las nuevas tecnologías en adolescentes y jóvenes”, de varios autores, en donde se destaca que “cuesta comprender que, en lugar de estar jugando con los amigos en la calle, se encierren en casa a hablar con ellos a través del Messenger o del móvil o se conecten a las redes sociales virtuales”.
Los autores también subrayan cómo cada vez más los jóvenes tienen la obsesión “adquirir la últa novedad tecnológica, sustituir los contactos personales la comunicación virtual o la necesidad de estar conectado de forma permanente Intet”. Todo ello está creando una gran alarma social y muchas de estas conductas empiezan a etiquetarse de adictivas, dadas sus características de generar dependencia, restar libertad e interferir gravemente en su vida cotidiana familiar, escolar, social o de salud.
Mayka Sánchez