En la Tierra a domingo, noviembre 17, 2024

VARGAS YA TIENE SUCESOR

Se le acabaron el tiempo y los amigos. José Manuel Vargas apura sus últos días como consejero delegado de Vocento, grupo del que será destituido de manera inminente con el único gran logro de haber puesto fin en común en algo a las familias propietarias: la necesidad de sacarle cuanto antes del cargo de consejero delegado. Y es que el balance de sus tres años como prer ejecutivo es demoledor: la peor salida a Bolsa desde 2006 las acciones se lanzaron a 15 euros y las deja a 3,4 euros; ABC ha perdido durante su mandato la friolera de 121,8 millones de euros; la Prensa regional el corazón de la compañía padece una arritmia galopante y ya son mayoría las que pierden dinero; la TDT nacional ha fracasado, con un irrisorio 0,4 ciento de cuota de pantalla y unas perdidas de casi cinco millones de euros en apenas tres meses tras su lanzamiento en septiembre de 2010; Punto Radio queda con un ebitda negativo de 4,3 millones y tres veces menos de oyentes que la COPE y la cuarta parte que Onda Cero; el gratuito Qué!, con un resultado negativo de tres millones de euros el pasado año. Amén de que no hay dividendo y de que la deuda financiera, que era prácticamente inexistente en 2008, ya supera los 120 millones de euros. Y mejor no hablar del las cuantiosas inversiones realizadas en tales de intet como 11870 o finanzas.com, sin influencia alguna en los sectores del ocio y el financiero, respectivamente. Lo cierto es que Vargas tuvo todo el poder para haber edificado un grupo líder de la comunicación, pero se olvidó de lo principal, la razón de ser de su negocio: el periodismo, el buen periodismo.

 

Enrocado en su torre de marfil, entre el humo de los cohibas y los vaes del McCallan, se rodeó de lo peorcito de la profesión, los únicos que podían seguirle el juego de prometerle cada mañana que era inmortal, que había descubierto el talón de Aquiles del Olpo de Vocento: la profunda enemistad entre los grandes accionistas. Malvendió los activos históricos del grupo, liquidó los terrenos de la compañía e hipotecó el futuro del grupo enfrascándose en proyectos insustanciales mientras sus mercenarios de visa oro se encargaban de capar cualquier atisbo de sentido común, de profesionalidad e independencia al fin y al cabo. Ahora es el turno del crujir de dientes, que en la soledad más descarnada y con vientos de fronda, mientras se embalan las pertenencias más queridas y el móvil adelanta el temido desenlace con largos y reveladores silencios, es la hora de la verdad, ese amargo trago que ni siquiera un millonario blindaje puede atemperar del todo.

 

Vargas se enfrenta al hundiento de su único y gran proyecto: su soberbia. Igual da repetir una y otra vez que la culpa fue del ingrato José Luis Sáinz, marchándose a la competencia y dejando en evidencia un sistema de gestión berbe; tampoco vale ya lo de culpar a los mercados, que nunca llegaron a entender la altura de tus actos; mucho menos cargarle el mochuelo a su juventud y osadía, y, en definitiva, de nada servirá presentarle como una vícta de una compañía a la que, querido José Manuel, nunca perteneciste, que jamás te interesó rascar bajo el alma de lo mucho que dejas. Y al lado, pared con pared, escuchas ya el eco de las palmadas en la espalda de quien te sucederá, los susurrantes parabienes a quien tanto despreciaste y al que, cómo ibas a aginarlo, le serán entregadas las llaves de Vocento: Iñaki Arechavaleta (Aretxabaleta en vasco). No temas, aquellas collejas de meses atrás ya han fondeado en el orgullo de tu sucesor; pero aún queda lo peor: revisar el fruto de tu acciones, con un grupo abocado a colgar el letrero de se vende en ABC ¿recuerdas, la últa gran institución civil de España? y a enterrar a varios metros bajo tierra tus delirios de grandeza intetera y audiovisual. Resultó cierto el vaticinio de tu odiado Pedro J. Ramírez en aquel avión vip rumbo a Estados Unidos: tú me ganarás cuando las ranas críen pelo, te auguró. José Manuel, antes de emprender la labor de cambiar el mundo debiste dar un par de vueltas tu propia casa. Iñaki, te deseo mucha suerte. La vas a necesitar.

 

A VOLAR CON IBERIA…

Y SIEMPRE PONLE FRENO…

 

pedro aparicio pérez

fontanero de la Comunicación

@pedroapa48

director de prnoticias.com

[email protected]


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