En la Tierra a sábado, diciembre 20, 2025

Los nuevos bancoscajas tienen nombres muy feos

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Bankia, Banca Cívica, Banco Base, Unm e, incluso, Mare Nostrum referido a entidad financiera, se antojan unas denominaciones insulsas, irreconocibles, poco identificables que responden a ese puzzle de cajas de ahorros que se han unido a toda prisa para escapar de no se sabe qué.

 

Entre las entidades del país había siempre una tradición geográfica muy aglutinadora. Banco Santander Central Hispano, Banco Bilbao Vizcaya, Banesto (Banco Español de Crédito), Sabadell, Guipuzcoano junto con las cajas que siempre ponían delante su lugar de procedencia como estaban antaño litadas a operar solo en su terruño. Caja Madrid, Catalunya Caixa, Caja Segovia, Caja Sur, Caixa Pollensa y otras de nombre tan bonito como Caja Duero o Caja España.

 

Algunas veces, los nombres de las entidades iban ligados a su actividad. Los más mayores recordarán el Banco Mercantil e Industrial o el Banco de Comercio, entre otros que fueron absorbidos el Hispano Americano (nombre que aglutinaba también el éxito ultramarino de sus fundadores) y el Banco Bilbao Vizcaya, respectivamente. Bankpyme y algunas entidades públicas como el Banco Exterior o la Caja Postal dan y daban respuesta a su actividad.

 

Un últo grupo de nombres nació de los apellidos o títulos nobiliarios de sus máxos responsables. El Banco Urquijo, no hace mucho comprado Sabadell, el actual Banco Echevarría o aquellos de recuerdo más triste como fueron la Banco López Quesada o el Banco Coca, envuelto este últo en una auténtica novela de terror.

 

La utilización de nombres abstractos comenzó con la privatización de la banca pública mediante la creación de Argentaria, nombre con evidentes connotaciones de plata, dinero, pero que da error si se busca en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

 

Las nuevas denominaciones de las entidades financieras sin dejar de ser un aspecto puramente anecdótico no invitan a nada, nada sugieren. A lo sumo, las tendencias de los tiempos actuales de búsqueda de un lenguaje políticamente correcto con un disfraz de ONG que pide perdón cobrar intereses en los créditos, si es que los da. Creo que hubiera sido mucho más atrayente buscar nombres concretos, tan sencillos como los del Banco Popular o recurrir a esa geografía que tanto indentifica. Da gusto viajar media Europa y encontrarse un cartel del Santander o del BBVA para sentirse en casa.

 

PD. Me gustaría hacer una salvedad con CaixaBank que ha sabido mantener su esencia –bien es cierto que solo se ha fusionado con Caixa Girona huyendo de su origen bursátil Criteria que también adolecía de falta de personalidad. La Caixa, además, tiene otro gran logro cuando define su obra social como “El alma de La Caixa”. Insuperable.

 

Luis Aparicio Pérez 

Director de Contenidos de INVERTIA  

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