Siempre han existido diversas maneras de descargar las iras de las masas, hace siglos loa Autos de Fe públicos servían de desahogo de rabias incontenibles tanto para plebeyos como para nobles. Francia, inventiva siempre, instauró el tricoteo durante las guillotinas, una sabia manera de hacer dos funciones al mismo tiempo, algo parecido al ver la tele y pelar judías verdes de hoy en día.
La justicia con sus más y con sus menos, da respuesta a los abusos y quebrantamientos de las leyes y costumbres del lugar. Otra cosa muy diferente son los juicios populares, la ira de la opinión pública descargada cual rayo fulminante sobre los díscolos o transgresores.
Letras escarlatas, rapados de cabelleras a colaboracionistas o el sple cotilleo vecinal son buenas muestras de dicho látigo. Las grandes ciudades lograron, gracias a la protección que brinda el anonato, aliviar en parte la presión sobre los individuos de la crítica dentro su comunidad.
Éramos anónos y vivíamos semidespreocupados en nuestras respectivas burbujas y apareció intet para aproxarnos a todos, doctores en Alaska, gauchos argentinos o aldeanos moldavos.
Una consecuencia de dicho acercamiento, aprovechada los siempre presentes y latentes vampiros, ha sido utilizar las redes sociales como nuevo método versión siglo XXI para aplicar sus colmillos sea en busca de revancha, descarga de mala leche o notoriedad polemista.
Twitter es el mejor ejemplo del acoso virtual contra famosos y no tan famosos parte de personas que faltas de un espíritu constructivo deciden descargar sus insatisfacciones mediante mensajes agresivos de alto contenido tóxico.
¿Qué lleva a tantos usuarios de las redes a rezumar tanta mala baba y negatividad? Cuesta realmente trabajo entender que en 2011, tras años de acceso universal a la educación y multiplicidad de la oferta de ocio, tantos, dediquen tantas horas a tarea tan poco reconfortante y que tan poco rédito puede dar. Pocos acostumbrados como estamos los españoles a discutir y debatir de forma argumentada, sin visceralidad ni alevosía, tal vez sea la canalización de una retórica atrofiada. No sería mala idea que los colegios y los planes educativos, encontrasen un hueco entre las ciudadanías para enseñar a los jóvenes a analizar los temas y a construir un discurso que puedan exponer con solidez.
¿Están locos esos lectores de la prensa digital que se dedican a machacarse e insultarse en los comentarios de las noticias? Comentario número 17 destrozando a comentario número 9 sin mencionar nada relacionado con la noticia, ni nada asomo constructivo. Locos no sé, desubicados sin duda.
Más preocupante me parece todavía la actitud de algunas figuras públicas, con miles de seguidores en intet, cuyas diatribas llegan a muchísa gente y alcanzan cierta repercusión, y que se permiten difamar o generar polémicas estériles puro afán de notoriedad o mero ego disparatado. No es de recibo que muchos periodistas creen y fomenten este juego de pelota virtual, donde la pelota no es de goma y los golpes en la pared dejan marca. Por suerte, las redes son bastante nuevas y aunque los medios tradicionales se nutren de ellas para rellenar y generar contenidos, su pacto se acaba diluyendo devorado la actualidad y la nueva polémica de turno.
No minizo no obstante el potencial para la de destrucción o construcción de la reputación online que Twitter y otros medios digitales atesoran.
Puede que estos vampiros de la redes necesiten también un curso de reciclado sobre buenos usos y costumbres del tecleo, no sé si Ussía andará interesado en estos menesteres pero debería planteárselo.
Estemos atentos y no olvidemos colocarnos una ristra de ajos ante nuestro ordenador, los vampiros acechan.
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