El prer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha llevado ante el Parlamento una propuesta de ley que prohíbe la publicación de escuchas telefónicas y que permitirá que cualquier persona pueda exigir la elinación de contenido publicado en la red que le afecte, sin necesidad de que un juez verifique que se atenta contra su derecho al honor. Es conocida como la Ley Mordaza y ha levantado ampollas entre los periodistas de la región. prnoticias ha hablado con representantes de los sindicatos de periodistas y con algunos profesionales que trabajan en el país para conocer con detalle cómo afectaría esta Ley al sistema democrático italiano.
Franco Siddi, secretario general de la Federazione Nazionale della Stampa Italiana, ha comentado a prnoticias que la aprobación de la Ley Mordaza, que estos días se debate en el Parlamento italiano, haría que Italia perdiese ‘gran parte de su tasa democrática’. ‘Es una forma de intidación previa que pretende que no salgan a la luz escándalos incómodos para los señores del poder político, económico y financiero’ dice.
El proyecto de la Ley Mordaza nace a raíz de la publicación de escándalos que afectaban directamente al prer ministro italiano, como su relación con la marroquí Ruby y sus fiestas Bunga Bunga en la Villa di Arcore. Además, Silvio Berlusconi se ha visto envuelto en tramas corruptas la concesión de concursos a determinadas empresas urbanísticas a raíz del terremoto de Italia, así como la concesión de derechos televisivos. También ha salido a la luz la enorme influencia que ejerce sobre la RAI (la televisión pública italiana) al conocerse sus decisiones sobre los diferentes puestos de mando en la cadena, sobre el despido de periodistas que no le eran afines y sobre la colocación de chicas con las que tenía alguna relación. ‘Todo esto es de interés público y debe ser publicado’ afirma Siddi. Sin embargo Berluscuni ha promovido una Ley amparándose en el derecho a la intidad que pretende silenciar las noticias incómodas sobre sus investigaciones judiciales.
La Ley prohíbe la publicación de informaciones extraídas de escuchas telefónicas e pone multas de hasta 450.000 euros para los editores y penas de cárcel de hasta 30 días para los periodistas. ‘Si la Ley se aprueba habrá grandes problemas, los periodistas no se van a atrever a ir hasta el fondo para descubrir las verdades ocultas el temor a ir a la cárcel y los editores preferirán no publicar algunas historias las sanciones millonarias, teniendo en cuenta además la situación de crisis que enfrentan los medios’ comenta Franco Siddi.
Cristiana Raffa, periodista freelance que colabora con Sole24Ore y el Gruppo Espresso Passioni, señala además que para los profesionales autónomos e independientes desobedecer la Ley puede suponer la ruina, puesto que no serían capaces de afrontar la desorbitada multa. ‘La amenaza de sanciones es un mazazo’ asegura.
Alessandra Mancuso, miembro del sindicato de periodistas de la RAI, opina que ‘esta Ley indica que este Gobierno está dispuesto a hacer cualquier cosa para silenciar a la prensa’. Las consecuencias de la Ley para el periodismo serán graves. Por ejemplo, ‘será posible dar una noticia sobre investigaciones en procesos judiciales hasta que no se celebre el juicio, que en muchos casos se produce mucho tiempo después’ explica Mancuso. De este modo estos procesos quedan silenciados y al margen de la opinión pública.
Jessica Parra Badenes, periodista española residente en Faenza, apunta también que esta nueva norma pretende litar la libre información en la red. ‘Peligran los contenidos neutrales y objetivos en Intet’ dice. La Ley mordaza contempla que cualquiera que se sienta ofendido un contenido publicado en la red puede exigir la cancelación o rectificación de dicho contenido. ‘El problema es que no habrá un juez o una tercera persona para decidir si las ofensas son reales, bastará la palabra del ofendido’ denuncia.
Hasta ahora, la movilización de los periodistas y de la sociedad en general ha pedido la aprobación de la Ley Mordaza. ‘La batalla de los periodistas ha sido exitosa, muestra de ellos es que la Ley es aún una propuesta’ dice Franco Siddi. En octubre de 2009, en julio de 2010 y recientemente los italianos han tomado las plazas públicas de diferentes ciudades en protesta para detener ‘una Ley definitivamente injusta’, según el secretario general de la FNSI.
Sin embargo para los periodistas italianos la Ley Mordaza es sólo la punta del iceberg de lo que está ocurriendo en el país. Silvio Berlusconi controla todos los medios, tanto los públicos como prer ministro como los privados como empresario. ‘Incurre en un gran conflicto de intereses’ dice Siddi. ‘El hecho es anormal en cualquier democracia, como empresario de la comunicación puede aprobar leyes que favorezcan a su negocio, y además controla la televisión pública’ señala Alessandra Mancuso. ‘Los espacios independientes en Italia son prácticamente nulos’ añade Cristiana Raffa.
En definitiva, todos coinciden en que la Ley Mordaza supondría un atentado contra la libertad de prensa en Italia y como consecuencia contra la democracia y el derecho de los ciudadanos a estar informados. Jessica Parra lo tiene claro, ‘el pueblo italiano no es escuchado y no lo será mientras no opine en las urnas’.
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