La proliferación de tales centrados en los descuentos superagresivos está provocando en las grandes marcas el dilema sobre cómo estar presentes en estos entornos. Por un lado es una tendencia que no se puede obviar y unos canales de venta que procionan tante liquidez en estos momentos tan duros de la economía. Pero otro lado existe el peligro cierto de dañar la agen de la marca y de acostumbrar a los clientes a la “oferta contínua”.
Memo.es nace como el prer tal para gestionar promociones de preras marcas, y como lugar de encuentro de éstas con sus mejores clientes.
Y para darse a conocer entre los responsables de g de grandes marcas y desvincularse de otros tales de descuentos agresivos, memo ha lanzado una irónica campaña llamada El Club Vip de los Peores Clientes: el club de los que sólo compran en promoción, donde lo que ta es la rebaja y es el único cuyos miembros están dispuestos a pagar menos, lo que más quieren.
El Club Vip de los Peores Clientes es, en realidad, una ficción, una sorprendente campaña cuyo fondo plantea la paradoja a la que pueden verse abocadas muchas marcas: realizar los mayores esfuerzos (descuentos) para captar a los clientes que menos están dispuestos a pagar ellas. Se recrea un club aparentemente real en el que todos los beneficios y ventajas van dirigidos a satisfacer a esos consumidores que no valoran realmente a sus marcas.
Para lanzar el Club, memo realizó un sorprendente envío a más de 350 directores de g en toda España, en el que se les invitaba a anunciar su marca en dicho tal. El envío consistía en una botella de gaseosa y una bolsa de trisquis elegantemente presentados.
Como colofón, memo firma esta irónica campaña, presentando un entorno donde las marcas pueden dirigir sus propuestas, sus ventajas, sus promociones, ofertas y descuentos, a los clientes que realmente las valoran.
Las promociones agresivas constituyen un arma de doble filo: recientemente, un estudio publicó que los usuarios de redes sociales prefieren descuentos a diálogo. Lo que no publicaba el estudio, es que a base de descuentos se puede rebajar el valor de marca, hasta que no se pueda descontar más, que no hay valor. En resumen, existe una situación que provoca una inercia a dedicar esfuerzos a los canales y consumidores que menos están dispuestos a pagar la marca.
Seguiremos informando…