El Grupo Prisa ha aprobado recientemente un nuevo código de conducta sin contar con los comités de empresa de las distintas compañías. Este código presta especial atención a los regalos que reciben los redactores y establece unas medidas para evitar sobornos.
Integridad, honradez, rigor y dedicación en el ejercicio de su actividad. Responsabilidad, compromiso y transparencia. Pluralismo y respeto a todas las ideas, culturas y personas. Creatividad e innovación en el desarrollo del negocio. Gestión responsable, eficiente y sostenible, generadora de valor para el accionista y para la sociedad. Estas son los principios clave que encabezan el nuevo código de conducta del Grupo Prisa.
Uno de sus puntos principales establece que los empleados de Prisa ‘deberán actuar siempre, en el cumpliento de sus responsabilidades, con lealtad y en defensa de los intereses de Prisa, evitar situaciones que pudieran dar lugar a un conflicto entre los intereses personales y los de la empresa y abstenerse de representar a Prisa, intervenir o influir en la toma de decisiones en cualquier situación en la que, directa o indirectamente, él mismo o una persona a él vinculada, tuviera interés personal’.
También establece que los empleados no podrán realizar tareas, trabajos o prestar servicios en beneficio de empresas del sector o que desarrollen actividades susceptibles de competir directa o indirectamente o puedan llegar a hacerlo con las de Prisa.
El Grupo mediático presta una especial atención a los regalos que reciben los empleados e pone una serie de medidas contra el soborno y la corrupción. ‘Los empleados de Prisa no podrán aceptar regalos, atenciones u otro tipo de dádivas de cualquier persona o entidad, razón del cargo que ocupen en Prisa’. Dice además que ‘no podrán entregar u ofrecer, de forma directa o indirecta, regalos, atenciones u otro tipo de dádivas a clientes, socios o a cualquier otra persona o entidad, que mantenga o pueda mantener relaciones con la empresa, que puedan alterar el desarrollo de las relaciones comerciales, administrativas o profesionales de Prisa’.
El código establece igualmente que los empleados de Prisa estarán obligados a informar a sus superiores jerárquicos todos aquellos regalos, obsequios y atenciones que hubieran recibido y ponerlos a disposición de la empresa, cuando a juicio de la Dirección de Recursos Humanos de la empresa, éstos no cumplan las condiciones para ser calificados como regalos o atenciones permitidos.
Tampoco podrán realizar ni ofrecer, de forma directa o indirecta, ningún pago indebido a cualquier persona al servicio de cualquier entidad, pública o privada, partido político o candidato para un cargo público, con la intención de obtener o mantener, ilícitamente, negocios u otras prerrogativas.
Advierten de que ‘cualquier trabajador de Prisa que tenga acceso o reciba información privilegiada, deberá cumplir las reglas establecidas en la Ley del Mercado de Valores, absteniéndose de operar con las acciones y valores de renta fija de Prisa’.
Por últo, recuerda que ‘la información que no haya sido hecha pública y que sea propiedad de Prisa, tiene, con carácter general, la consideración de información reservada y confidencial, sin que su contenido pueda ser desvelado a terceros, con la única excepción de las obligaciones de tipo legal, administrativo o judicial que vengan puestas en tal sentido’. Para ello, Prisa y sus empleados deben poner los medios de seguridad suficientes y aplicar los procedientos establecidos para proteger la información reservada y confidencial.
Los representantes de los trabajadores, que aún están estudiando el documento, aseguran que no le dan ningún tipo de valor jurídico a estas normas de comtamiento, puesto que no se ha contado con los comités de empresa de Prisa para su aprobación.
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