La Fundación de Cajas de Ahorros, más conocida la FUNCAS, ha pagado una encuesta en la que las autonomías han sufrido un batacazo considerable en su nivel de prestigio y aceptación parte de los ciudadanos. Ahora mismo, según ese estudio, uno de cada tres españoles creemos que el Estado de las autonomías funciona bien, mientras que hace cinco años tan solo éramos cinco de cada diez, o sea, el cincuenta ciento. Por comunidades, los valencianos son los más cabreados, que con un centaje del 26 ciento valoran el trabajo como malo o muy malo, mientras que el 40 ciento lo califican de regular. En Catalunya y Castilla y León tampoco tiran cohetes con sus gobiernos, ya que encabezan el ranking de los más cabreados junto a los súbditos de Fabra. Y con estos datos enca de la mesa, no es de extrañar que el gobierno Rajoy se esté poniendo las botas con su vuelta de tuerca autonómica, en busca de un Estado más fuerte que desmonte lo andado hasta ahora la democracia española. ¿Lo conseguirá? De momento hay que reconocerle que ha conseguido abrir una grave brecha en la opinión pública, que no acaba de tener la sensación de que los Estatutos de Autonomía hayan servido para mejorar los servicios reduciendo los gastos. La crisis económica y los errores cometidos numerosos gobernantes autonómicos han hecho posible que, ahora, nos encontremos con esta sensación de fracaso entre la gente, que ya no puede distinguir quien le dice la verdad, si los dirigentes de su autonomía o los que gobiernan desde Madrid.
Manuel Fernando González
Editor y Director
