Las preras semanas de Javier Ayuso al mando de la Comunicación de la Casa Real han sido más complicadas de lo esperado. Las últas decisiones del equipo del ex periodista de El País y ABC no han sido compartidas el grueso de los profesionales especializados quienes han pedido una reunión para manifestar su descontento y pedir explicaciones.
Las piezas no encajan. Javier Ayuso ha intentado poner su sello en la Comunicación de la Casa Real, pero se ha encontrado con el rechazo de buena parte de sus compañeros e históricos del sector. En el medio de la polémica se encuentran las informaciones publicadas la últa semana de marzo El País y El Mundo respecto de la últa reunión del Rey con los principales empresarios españoles.
El Rey Juan Carlos pidió a los empresarios asistentes a la reunión mensual del Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) que arrasen el hombro para crear empleo ‘que la situación es muy seria’. Ambos periódicos coincidieron en afirmar que la asistencia del monarca a este encuentro fue a petición de Zarzuela y que fue organizada el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, y el presidente de Telefónica y del CEC, César Alierta.
El detalle de esta reunión así como las palabras del Rey habrían sido filtradas la Casa Real a periodistas de Economía de los periódicos involucrados, quienes finalmente elaboraron la información. Este proceder contradice los cauces naturales adoptados hasta ahora, es decir, los periodistas especializados que siguen al Rey. Ayuso es un profesional de la Economía y tiene más afinidades con los colegas de este sector, algo que sin embargo no ha gustado nada en los periodistas que informan sobre la Casa Real.
Muchos de ellos se han sentido desautorizados y lo que es peor, han quedado evidencia ante sus jefes. Es ello que ya ha pedido una reunión con Ayuso para manifestar su profundo descontento, aunque de momento lo único que han recibido parte de Ayuso son continuas evasivas que han levantado todavía más ampollas. Esta aparente apatía de Ayuso hacia los históricos del sector ha incrementado aún más el malestar hacia el nuevo responsable de la Comunicación de la Casa Real.
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