La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha decidido celebrar una concentración sultánea, en la que participarán todas las asociaciones de prensa provinciales, para denunciar la situación que está viviendo la profesión. El día elegido es el próxo 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa.
La sangría de despidos, la precariedad laboral y las ruedas de prensa sin preguntas han llevado a la FAPE ha dar un paso más para reivindicar la situación de la profesión. Durante la celebración de se Asamblea General, que tuvo lugar el pasado 14 de abril en Valladolid, la Federación acordó dar luz verde a una resolución mediante la cual las asociaciones de prensa de nuestro país convocarán para el próxo día 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de España, una concentración en sus respectivas provincias. La FAPE está integrada 48 asociaciones de la prensa provinciales, entre ellas, la Asociación de la Prensa de Madrid, y 15 asociaciones sectoriales vinculadas.
Durante las movilizaciones se leerá una manifiesto consensuado entre todas las organizaciones que pide esfuerzos a todas las ramas de la profesión. En prer lugar, a los periodistas les dice que no pueden perder el tren de la transformación de nuestra profesión a la hora de contar noticias o de difundir la información. En este sentido, explica que el avance digital nos pide un esfuerzo de adaptación, ‘aginar nuevas formas de trabajo’ e pulsar proyectos periodísticos propios. A juicio de la FAPE, los cambios que está experentando nuestro oficio lleva a los periodistas a convertirnos en gestores de nuestros contenidos y plataformas y a estar en un contacto permanente con los usuarios.
Piden a las universidades que adapten sus planes de estudios a las realidad de la profesión; a los editores que se suban al tren del cambio de mentalidad ‘con urgencia’ y que se ajusten al nuevo modelo de negocio’. Y añade, ‘no es de recibo que apuesten la precariedad, la desmotivación de sus plantillas, que den, en definitiva, pasos que están llevando al hundiento de sus empresas’.
Apuestan nuevas otunidades en el sector, y rechazan la práctica que se están llevando a cabo en algunos medios en los que se despide a periodistas con una gran trayectoria profesional para ser sustituidos becarios sin remunerar.
Desde que comenzó la crisis el Observatorio de la FAPE ha contabilizado la pérdida de 5.000 puestos de trabajo periodísticos. Pero solo en el prer trestre de este año al menos se han producido cerca de 500 despidos.
Reproducos el manifiesto integro: DECLARACIÓN DE VALLADOLID
El periodismo afronta hoy uno de los desafíos más grandes de su historia, un reto que invita a los periodistas a tomar el liderazgo del cambio, a pulsarlo con nuevas ideas y proyectos.
Arrinconados una doble crisis, la económica y la de modelo, el periodismo y los periodistas nos preguntamos cuál es la salida, qué debemos hacer para convertir el pesismo en optismo y cuál es, en definitiva, nuestra alternativa al único recurso que han puesto en marcha los editores con placable decisión: los despidos masivos y la precarización de las condiciones laborales y salariales. Un recurso que, no olvidemos, ha pasado a ser mucho más fácil y barato que antes de la reciente reforma laboral.
Nuevas formas de narrar los hechos, nuevos sotes para difundirlos, nuevas herramientas que aprender a manejar, todo es nuevo y ha llegado para quedarse. La información es un bien escaso y demandado que no puede morir.
No hay soluciones milagrosas a la vista para salir de la grave crisis actual, pero en la FAPE estamos seguros de que el futuro sigue estando, independientemente del sote en que se exprese, en el periodismo hecho con rigor, el periodismo que contrasta la información, el que verifica lo que está ocurriendo, el que recurre al uso independiente y plural de las fuentes y el que cumple las normas éticas y deontológicas que rigen nuestra profesión.
La única certeza que tenemos es que sin periodistas no hay periodismo. Podrán cambiar las redacciones, podrán cambiar los escenarios laborales, pero siempre se necesitará un periodista bien formado y capacitado para jerarquizar la abundante información que circula, para cubrir las noticias que interesan y preocupan a los ciudadanos y para hacer las preguntas que temen los poderosos.
Convencidos de que el periodismo es un acto ético y exigente, la LXXI Asamblea de la FAPE, reunida en el Patio Herreriano del Museo de Arte Contemáneo de Valladolid el 14 de abril de 2012, aprueba la siguiente Declaración.
MANIFESTAMOS
QUE los periodistas no podemos ni debemos perder el tren de la transformación que avanza en nuestro oficio y en nuestras formas de elaborar y difundir la información.
QUE los periodistas no debemos “comprar” lo que más se vende, lo que está de moda. Nuestra responsabilidad hacia la sociedad nos obliga a ser originales, a descubrir qué se esconde detrás de lo que se quiere ocultar a los ciudadanos.
QUE el acelerado avance digital nos convoca a la realización de un gran esfuerzo de adaptación, a aginar nuevas formas de trabajo y a pulsar proyectos periodísticos propios sin miedo ante el futuro.
QUE los periodistas tenemos que convertirnos en gestores de nuestros contenidos y de nuestras plataformas, ponerlos en valor y estar en contacto permanente con los usuarios para responder a sus necesidades informativas.
QUE la revolución digital exige de las universidades que adapten sus planes de estudios a las necesidades reales de sus alumnos en el cada vez más duro y complejo camino hacia el mercado de trabajo.
QUE sostenemos que los editores necesitan con urgencia un cambio de mentalidad, una prescindible adaptación al nuevo modelo de negocio. No es de recibo que apuesten la precariedad, la desmotivación de sus plantillas, que den, en definitiva, pasos que están llevando al hundiento de sus empresas.
QUE la insistencia de las autoridades públicas e institucionales, y en prer lugar de los que gobiernan, las ruedas de prensa sin preguntas y las declaraciones enlatadas, anulan el papel del periodista y el derecho de información de los ciudadanos.
Al mismo tiempo que buscamos nuevas otunidades, no dejaremos de insistir en que hay que seguir haciendo periodismo de calidad. En este sentido, rechazamos de plano la estrategia de algunos medios de expulsar de las redacciones a periodistas experentados para sustituirlos con becarios sin remunerar y contratados con un salario indigno.
También defenderemos la pervivencia de los más altos estándares éticos en nuestro trabajo y exigiremos el mismo comtamiento a los editores y a las fuentes. El ejercicio del periodismo de acuerdo a las normas éticas refuerza nuestra credibilidad, dignifica nuestra profesión y sirve de freno a cualquier intento de los poderes de controlar y manipular la información.
Y seguiremos contando los hechos donde quiera que se produzcan para difundirlos en el sote que toque, absolutamente convencidos de que el avance tecnológico nunca podrá suplir al periodista, ni trastocar los principios del periodismo.
Seguiremos Informando…