En la Tierra a martes, noviembre 12, 2024

Sanofi y su filial Genzyme presentan datos adicionales del estudio CARE-MS ll en fase lll

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Un estudio fase III muestra una mejora significativa en la progresión de la discapacidad de los pacientes de Esclerosis Múltiple tratados con Alemtuzumab frente a Interferon beta1a. Los pacientes tratados con alemtuzumab en el estudio CAREMS II presentaron el doble de probabilidades de experentar una mejora de su discapacidad frente a Interferon beta1a.

 

Sanofi y su filial Genzyme han presentado datos adicionales del estudio CAREMS ll en fase lll. La progresión de la discapacidad se redujo significativamente en los pacientes con esclerosis múltiple tratados con alemtuzumab frente a interferon beta1a  (alta dosis subcutánea)  según la medición de la escala ampliada del estado de discapacidad (EDSS), una evaluación estándar de la progresión de la discapacidad física. Además, se observó una mejora significativa en las puntuaciones de discapacidad en algunos pacientes tratados con alemtuzumab desde el inicio y en comparación con los pacientes tratados con interferon beta1a, que sugiere una inversión de la discapacidad en dichos pacientes. En el estudio, los pacientes con discapacidad preexistente tratados con alemtuzumab presentaron más del doble de probabilidades de experentar una reducción sostenida de la discapacidad frente a los pacientes tratados con interferon beta1a. Genzyme está desarrollando alemtuzumab para la esclerosis múltiple en colaboración con Bayer HealthCare.

 

CAREMS II es un ensayo clínico aleatorizado de fase III que ha comparado el fármaco en investigación alemtuzumab con interferon beta1a  en pacientes con esclerosis múltiple recurrente/remitente que presentaron recaídas con una terapia anterior. Genzyme anunció el pasado noviembre que los resultados de la variable principal combinada del estudio eran altamente significativos en términos estadísticos.

 

Entre los principales datos sobre discapacidad del ensayo CAREMS II presentados hoy en la 64ª reunión anual de la Academia Americana de Neurología (AAN) se incluyen:

 

• La puntuación EDSS media de los pacientes tratados con alemtuzumab se redujo durante un periodo de dos años, lo que indica una mejora en su discapacidad física, mientras que aumentó la puntuación media de los pacientes tratados con a interferon beta1a, lo que supone el empeoramiento de su discapacidad (0,17 frente a 0,24; p < 0,0001).

 

• A dos años, el 29% de los pacientes tratados con alemtuzumab habían experentado una reducción sostenida de seis meses de su discapacidad, lo que su nivel de discapacidad había mejorado frente a sólo el 13% con interferon beta1a  (p=0,0002).

 

• Se produjo una reducción del 42% en el riesgo de acumulación sostenida a seis meses (empeoramiento) de la discapacidad (SAD) según la medición EDSS en pacientes tratados con alemtuzumab frente a interferon beta1a  durante dos años de estudio (p=0,0084), como se ha publicado anteriormente. El resultado de la segunda parte de la variable principal combinada fue altamente significativo en términos estadísticos.

Entre los principales datos sobre recaídas en el ensayo presentado durante la reunión de la AAN se incluyen:

• El 65% de los pacientes tratados con alemtuzumab permanecieron sin recaídas a dos años, lo que no experentaron ninguna recaída durante el estudio frente al 47% con interferon beta1a  (reducción del riesgo del 47%; p<0,0001).

 

• Se observó una reducción del 49% en el índice de recaídas en pacientes tratados con alemtuzumab 12 mg frente a interferon beta1a   durante dos años de estudio (p<0,0001), lo que supone asismo un resultado altamente significativo de la prera parte de variable principal combinada, según se ha publicado anteriormente.

 

“Hasta ahora, uno de los objetivos principales del tratamiento de la esclerosis múltiple consistía en retrasar el empeoramiento de la discapacidad”, admite el doctor Jeffrey Cohen, director de terapia experental del Centro Clínico Mellen de Cleveland para el tratamiento y la investigación de la esclerosis múltiple, y miembro del comité directivo que supervisa la realización del estudio. “Los pacientes del estudio que habían recibido previamente una terapia para la esclerosis múltiple inadecuada a la hora de evitar las recaídas y que recibieron alemtuzumab en el estudio CAREMS ll presentaron una ralentización o inversión de su discapacidad”.

 

En el ensayo CAREMS II se administraron 12 mg de alemtuzumab intravenoso ocho veces durante los dos años del estudio. El prer ciclo de tratamiento de alemtuzumab se administró en cinco días consecutivos y el segundo en tres días consecutivos, 12 meses después. Interferon beta1a   44 mcg se administró inyección subcutánea tres veces a la semana cada semana durante los dos años del estudio.

 

“Alemtuzumab es la prera terapia modificadora de una enfermedad que demuestra un efecto significativo en la variable principal combinada  tanto de recaída como de discapacidad, enca de los de interferon beta1a  en un estudio comparativo”, explica el profesor Alastair Compston, presidente del comité directivo que supervisa la realización del estudio, investigador principal de los ensayos clínicos de fase II y III de alemtuzumab, y director del departamento de neurociencia clínica de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido. “Los datos de eficacia del programa del ensayo CAREMS sugieren que, en caso de aprobación, alemtuzumab será una terapia nueva tante para los pacientes con esclerosis múltiple activa y recurrente”.

 

Los nuevos datos adicionales del estudio CAREMS II sugieren que alemtuzumab ofrece una mejora significativa frente a interferon beta1a   en varios criterios de valoración, de acuerdo con los efectos observados en las variables clínicas. En la esclerosis múltiple, la agen resonancia magnética puede utilizarse para seguir el desarrollo de las lesiones o áreas de inflamación en el sistema nervioso central. Se observó una mejora estadísticamente significativa con alemtuzumab frente a interferon beta1a   en los pacientes con lesiones T2hiperintensas nuevas o con aumento de tamaño (46 frente a 68; p<0,0001) y lesiones de captantes de gadolinio (19 frente a 34; p<0,0001). El cambio en el volumen de lesión T2hiperintensa del inicio al segundo año, una variable secundaria del estudio, no presentó diferencias significativas (p=0,14). En el ensayo, los pacientes tratados con alemtuzumab presentaron menos cambios en la fracción parénqua cerebral, una medida de atrofia cerebral o pérdida de neuronas y las conexiones entre ellas, frente a interferon beta1a   (0,62 frente a 0,81) con un cambio medio centual desde el inicio (p=0,012), lo que supone un resultado significativo.

“Creemos que los resultados pioneros/rompedores de CAREMS ll, incluida la inversión de la acumulación de discapacidad en algunos pacientes, frente a la terapia estándar con interferon beta1a  , son un mensaje de esperanza para las personas que conviven con la esclerosis múltiple”, asegura el doctor David Meeker, presidente y consejero delegado de Genzyme. “Estamos preparando la presentación de alemtuzumab para su revisión los organismos reguladores de EE.UU. y la UE en el segundo trestre de este año y nos apasiona la posibilidad de ofrecer esta tante terapia a las personas que conviven con esta enfermedad y presentan necesidades terapéuticas no cubiertas”, añade.

 

Los efectos adversos más comunes asociados a alemtuzumab en el estudio CAREMS Il fueron reacciones asociadas a la inyección, lo general de leves a moderadas. Las infecciones fueron comunes en ambos grupos, con una mayor incidencia en el grupo de alemtuzumab. Algunas de las infecciones más comunes afectaron a las vías respiratorias y urinarias, infecciones fúngicas cutáneas y herpes oral. Se produjeron infecciones graves en el 3,7% del grupo de alemtuzumab frente al 1,5% del grupo de interferon beta1a. Las infecciones fueron predominantemente leves a moderadas en cuanto a su gravedad y ninguna fue mortal.

 

En el estudio, el 15,9% de los pacientes tratados con alemtuzumab desarrollaron un efecto secundario autoinmune tiroideo frente al 5,0% con interferon beta1a, y el 0,9% de los pacientes tratados con alemtuzumab desarrollaron trombocitopenia inmune (PTI) durante los dos años del estudio. Los casos se detectaron pronto mediante un programa de seguiento y fueron tratados con terapia convencional. El seguiento de los pacientes respecto a PTI y trastornos tiroideos o renales está integrado en todos los estudios promovidos Genzyme de alemtuzumab para el tratamiento de la esclerosis múltiple. Todos los datos mencionados anteriormente corresponden a pacientes del estudio que recibieron alemtuzumab 12 mg o interferon beta1a   44 mcg.

 

Alemtuzumab es un anticuerpo monoclonal que ataca selectivamente la CD52, una proteína abundante en células T y B. La terapia con alemtuzumab resulta en la depleción de las células T y B en circulación, que se creen responsables del proceso nocivo inflamatorio de la esclerosis múltiple. Alemtuzumab afecta mínamente a otras células inmunes. Al efecto antiinflamatorio agudo de alemtuzumab le sigue la aparición inmediata de un patrón distintivo de repoblación de células T y B que continúa con el tiempo y reequilibra el sistema inmune reduciendo potencialmente la actividad de la enfermedad.

 

Genzyme está preparando la presentación de la solicitud de aprobación en EE.UU. y la UE de alemtuzumab para la esclerosis múltiple recurrente en el segundo trestre de 2012. Al no tratarse todavía de una terapia autorizada para esta enfermedad, no debe administrarse alemtuzumab a pacientes con esclerosis múltiple excepto en un contexto de ensayo clínico formal y regulado, con las medidas apropiadas de seguiento de pacientes.

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