El talent show de Antena 3 vuelve a cambiar de lugar en la parrilla, pasará a emitirse los miércoles para evitar enfrentarse a la Revuelta de Gran Hermano, ya que todo apuntaba a que Mediaset pretendía estrenar su programa este día para dinamitar a El número uno y proteger Hospital Central. Por otra parte, el reality de Cuatro Perdidos en la tribu se ha pasado al martes, para así no canibalizar la audiencia del Gran Hermano.
La déca gala de El número uno se pasará al jueves. Es la segunda vez que el talent show, que se estrenó el 26 de abril, cambia su día de emisión tratando de escapar de Gran Hermano. Antena 3 y Telecinco han estado moviendo sus parrillas desde la llegada del programa musical, hasta el punto de que Mediaset ha decidido emitir dos galas semanales de Gran Hermano prera vez en la historia del reality para hacer sombra a su competidora.
El número uno llegó pisando fuerte, asustando a la mismísa Mercedes Milá que confesó haberlo pasado mal las dos preras semanas de emisión, cuando el talent superó a Gran Hermano. Pero a la tercera semana Mercedes Milá respiró tranquila y en Mediaset se sintieron satisfechos haber sacado a su gigante a luchar contra el producto estrella de su competidora.
Antena 3 aguantó la estocada de Gran Hermano hasta la semana pasada, cuando decidió mover El número uno a los miércoles, coincidiendo con el estreno de Hospital Central. En esta ocasión fue la serie de Telecinco la que salió perjudicada.
Solo una semana después, Antena 3 ha anunciado que El número uno se pasa al jueves, ante la previsión de un nuevo ataque del enemigo, que podría pasar a emitir la Revuelta de Gran Hermano los miércoles para así menoscabar de nuevo al talent y proteger a Hospital Central. De hecho Mediaset ha movido también Perdidos en la tribu al martes, para que ambos reality shows no coincidan en la misma franja.
Esto demuestra que las grandes cadenas se arriesgan a perder seguidores el camino (con tanto baile de parrilla) con tal de acabar con el contrario. Mientras que en las pequeñas, tener productos asentados en una franja concreta es fundamental para que el espectador sepa lo que va a encontrar y su programación no acabe diluida en una marea de canales.
Esta maniobra de acoso y derribo contra los programas de la competencia se produce más a menudo desde que la Ley Audiovisual obliga a las cadenas a avisar de sus cambios de parrilla con 3 días de antelación en lugar de 11.
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