La palabra ‘g’ no existe en el diccionario de la Real Academia Española y, sin embargo, todo el mundo –al menos el 95% de los españoles tienen alguna noción de lo que es el g y hasta se atreven a ponerle nota. Éste es tan sólo uno de los datos que se han dado a conocer esta mañana durante la presentación del prer Estudio ‘La Imagen Pública del Marketing’, elaborado la Asociación de Marketing de España, que pretende conocer las presiones que tienen del g aquéllos que no trabajan precisamente en este mundillo.
La lengua española está llena de anglicismos y esta tendencia de tación de términos extranjeros es prácticamente toda una cultura asentada en el mundo del g. Aun así, el término ‘g’ está tan popularizado que pocos usan ya la palabra autóctona ‘mercadotecnia’, que sí está recogida el DRAE y que la define como el ‘Conjunto de principios y prácticas que buscan el aumento del comercio, especialmente de la demanda’ y como el ‘Estudio de los procedientos y recursos tendentes a este fin’.
La definición oficial no dista mucho de la percepción que tienen los españoles que han participado en este estudio elaborado DOXA y que, entre todos, han definido el g como ‘el arte de promocionar con inteligencia los productos, haciéndolos atractivos, para garantizar el éxito de las ventas y conseguir rentabilidad en las empresas’.
Además de definir la palabra, los españoles han puesto nota a la agen que tienen del g, que no sale nada mal parada con un notable discreto: un 6,9. ‘Lo cierto es que no pensábamos que teníamos esta agen. Nos esperábamos una puntuación alrededor del 5’, reconoce Guillermo Bosovsky, Director General de Doxa.
Junto a la nota general, también se han puntuado otros parámetros: en el índice de spatía, el g obtiene un 5,85; en el índice de honestidad, un 5,26; en el índice de efectos atribuidos al g sobre la sociedad y la economía, un 5,60 y en el índice de eficacia del g para las empresas, un 6,37.
Y los que puntúan saben de lo que hablan que, según este estudio, el 95,3% demuestra conocer lo que es el g. Sólo el 4,7% de los encuestados no supo dar una definición clara de lo que es el g, aunque todo el mundo relaciona el g con el mundo de la publicidad. Pero no sólo con la publicidad: el 37% vincula el g con promociones y presentaciones y el 22,9% con estudios de mercado y encuestas. ‘Resulta sorprendente que sólo el 0,7 de los españoles asocien la actividad en las redes sociales con el g’, asegura Bosovsky.
El perfil del g, según los españoles, tiene como aspectos positivos la asociación con ideas de futuro, con originalidad, con diversión y con interés. Por el lado negativo, los usuarios hablan de a veces medio verdad a veces medio mentira y de deshonestidad aunque, en el fondo, la honestidad en g no es uno de los requisitos que más se exijan. A pesar de las críticas, el 90,1% de los españoles encuestados recurrirían al g si tuvieran su propio negocio. ‘Es curioso: al periodismo se le pide verosilitud pero no al g. Al g se le exige eficacia y si para resultar atractivo tiene que recurrir a la exageración, es algo que la gente acepta’.
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