Estaba en esto de las Olpiadas, viendo como nos llenan el cajón de diplomas de CCC cuando de repente salto de TDP a una de las nacionales. En Antena, en Telecinco (entre vómito y vómito) cuentan en los informativos que un torero, el tal José Tomás había dejado Huelva como un solar. Sin plazas hoteleras, sin restaurantes donde poder picar algo, sin camas…
Mi Padre, que era un gran amante y conocedor del arte de cuchares me llevaba a las Ventas a ver a los grandes toreros del momento. Los entendidos, no sólo los del 7, cantaban los lances del Viti, Antoñete, Vázquez, Ordoñez… Eran otros tiempos en los que se respetaba a los toreros, que son artistas y no asesinos, como algunos pretenden pasarles a la historia. Muchos años, casi cuarenta las Ventas eran lo que eran, y hemos tenido que esperar todo este tiempo para volver a ver a un Dios del Olpo reencarnado en humano, un solo hombre que ha hecho volver la alegría y esperanza a los amantes del toreo de verdad.
Lo curioso es que cuando me asomo a las páginas del diario ABC, de uno de los diarios que más profesionales y esfuerzo han dedicado y dedican a la ‘torería’. Un catedrático, un ‘amante’ de los toros, un cronista, Andrés Amorós se dedica a atacar al últo grande de los grandes, a José Tomás, pero lo que el gran público no sabe, es que el tal Amorós es el biógrafo del pretendido rival del gran Maestro, Enrique Ponce. Torero y eso, torero. Pues bien, el bueno de Amorós desde las páginas de ABC sacude la elección de verracos, la de traje de luces y hasta la bebida que toma el Gran José Tomás. ¿El secreto? Ymelda de la Esfera de los Libros de El Mundo de Pedrojota le ha pedido a Amorós que escriba la vida de Ponce. El catedrático mandado, lo hace, sin problemas, da igual que tenga que cerrar los ojos, la pela es la pela, y si mientras me cargo la agen de José Tomás, pues eso.
A Andrés Amorós se le ve el plumero y sigue luchando contra el criterio y la tozuda realidad: ‘José Tomás cierra plazas y ciudades. Es un fenómeno real y no sólo mediático. Es el mejor torero de los últos 20 años ( lo menos), y el catedrático sigue con su erre que erre’.
Que una nube llegada desde la esfera de Amorós no haga perder la otunidad de contar la verdad. Y la verdad es que entre Tomás y el siguiente hay más de un segundo, de una hora y de una vida. No nos engañes querido profesor que en ABC les da mucha vergüenza que ellos saben cuáles son tus oscuros intereses. Vivan los toros, mientras haya personalidades como José Tomás, el resto es una anécdota.










