Según los expertos reunidos en el Sposium “Actualización en Obstetricia y Ginecología 2012” que se está celebrando en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con la colaboración de Ferring, “la prevención del parto pretérmino sigue siendo uno de los desafíos de la obstetricia” pues hay nacientos prematuros que son inevitables, pero otros podrían evitarse incidiendo sobre los factores de riesgo.
En torno a 100 expertos en ginecología y obstetricia, debaten sobre grandes temas de la especialidad como son el gran pretérmino y el prematuro tardío, graves problemas que, además de tantísas plicaciones familiares, sociales y sanitarias, plican una carga económica difícil de sotar en momentos como el actual.
Los nacientos prematuros, han aumentado en los últos años “debido a enfermedades maternas, embarazos múltiples y los estilos de vida y situaciones sociales que comtan una inadecuada atención prenatal”, asegura el Dr. Luis FernándezLlebrez del Rey, Jefe de Sección de Partos del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario de Cruces, y uno de los ponentes de la reunión.
Se denomina “prematuros o pretérminos” a aquellos nacidos antes de la semana 37 de gestación, “pretérminos tardíos”, a los que nacen entre las 34 y la 36 semanas de gestación, ambas inclusive, y “gran pretérmino” al nacido debajo de la semana 32 de gestación.
Consecuencias de la prematuridad
Las consecuencias de la prematuridad varían, dependiendo fundamentalmente del grado de prematuridad. El recién nacido pretérmino tiene dificultades para adaptarse a la vida extrauterina debido a la inmadurez de sus órganos y sistemas con problemas respiratorios y digestivos, metabólicos, de termorregulación, hemorrágicos, infecciosos, etc.
La familia, también en función del grado de inmadurez, se enfrenta a un amplíso abanico que va desde problemas de relativa poca tancia, pasando trastornos del desarrollo psicomotor, hasta graves secuelas de vida, como puede ser una parálisis cerebral.
Los costes del pretérmino pueden ser directos los derivados de su estancia en el centro sanitario, e indirectos los que comprenden el uso de los servicios de salud, gastos en educación y servicios sociales y otros, éstos últos difíciles de cuantificar. Si se tiene en cuenta que en torno al 8% de los bebes nacidos en España son prematuros, y que “el coste medio directo de un prematuro está en torno a los 100.000 €” según asegura el Dr. FernándezLlebrez, es lógico pensar que nos encontramos ante uno de los grandes retos a resolver los expertos en obstetricia.
La prematuridad es la principal causa de muerte infantil en el prer mes de vida. La principal consecuencia sociosanitaria de la prematuridad es la elevada morbortalidad que conlleva. En este grupo de nacidos se concentra el 68% de toda la mortalidad fetal, el 70% de la mortalidad neonatal precoz y en conjunto, el 69% de la mortalidad perinatal, de hecho el neonato prematuro tiene una probabilidad 180 veces superior de morir que el feto a término, aunque su supervivencia ha mejorado de forma sustancial en los últos años
Por eso los expertos intentan inhibir las contracciones uterinas cuando se producen, es la denominada tocolisis, pues ganar tiempo posibilita la maduración de los órganos y sistemas del neonato que tiene como objetivo secundario disminuir la morbortalidad perinatal asociada con la prematuridad. Este abordaje terapéutico pretende en paralelo reducir las consecuencias que para las familias suponen el naciento de un prematuro y el ahorro económico tanto para éstas como para el sistema de salud.