El que cada norteamericano deba 181.000 dólares como consecuencia de una deuda externa que supera con creces los 16 billones de dólares o que la deuda total del Reino Unido ostente el privilegio de ser la más tante del mundo, delante incluso de la de Japón, son informaciones que siendo reales no suelen formar parte del menú de los medios de comunicación españoles. Sin embargo, sensu contrario, los medios anglosajones no desperdician la otunidad de someter a España a un minucioso análisis con una frecuencia que muchos consideran interesada y desmesurada, aunque la mayoría de ellos busquen la objetividad.
Definitivamente, la prensa anglosajona siente una atracción especial España; una extraña necesidad de tutelar a nuestro país y cuyas causas y orígenes deberán ser estudiadas los investigadores universitarios, en la medida en que no es un fenómeno nuevo ya que se ha proyectado a lo largo del tiempo en diferentes ramas de la ciencia, hasta el extremo de que resulta casi posible estudiar la historia de España –básicamente moderna y contemánea sin recurrir a los amplios y sólidos trabajos de investigación de norteamericanos e ingleses. Hoy, la prensa de Estados Unidos y Gran Bretaña, recuperan una antigua tradición y vuelven a convertirse en “estrictas gobernantas” de una España en delicada situación económica. ¡No pueden vivir sin nosotros!
Estudiar la Guerra Civil española o la historia del franquismo, sin adentrarse en la obra de los hispanistas ingleses o norteamericanos, supondría una grave dejación profesional de quien lo intentara y en ese sentido, hay que rendir homenaje a las docenas de historiadores angloparlantes que pusieron sus ojos en nuestro país. Su sentiento y atracción España es muy superior a los intereses económicos que sus respectivos países tienen en esta vieja nación.
La crisis económica es un buen motivo para que los medios británicos y estadounidense recuperen sus tendencias de siempre y se ocupen de decirnos qué hacemos mal, qué tenemos que hacer para hacerlo mejor y anunciarnos, si no seguos sus consejos, todos los males del averno para una España medio noqueada. Y seguro que en la mayoría de los casos, a la prensa anglosajona no le falte razón en sus demoledores críticas.
La agencia británica Reuters, que sin duda ha vivido tiempos mejores, lleva semanas muy activa anunciando a fecha cierta y sin citar fuente alguna de información (altos cargos europeos), la inmediata petición de rescate parte del gobierno español y pocos dudan que en algún momento le llegará la hora de acertar. Mientras tanto, se entretiene desmintiéndose a sí misma, con noticias como la siguiente: “El desmentido ha sido total, pero las acusaciones que han hecho fuentes comunitarias bajo anonato (pricia distribuida Reuters) han puesto en cuestión durante este martes las cifras de déficit que ofreció el Gobierno español nada más llegar al poder”, que, todo hay que decirlo, para la agencia inglesa, España es la causa de que no despeguen los índices de Wall Street.
Por su parte, el últo número de The Economist, riguroso y serio semanario británico, advierte que España podría estar adentrándose en una “espiral de muerte” silar a la griega, con un déficit elevado, una tasa de paro que supera el 25% y constantes protestas en la calle. Tras criticar la ambigüedad del presidente del Gobierno, aunque considera que es una estrategia de Rajoy para “sobrevivir y manejar los conflictos”, apunta que es “dudoso” que esta actitud sea la que España necesita y al hilo del rebrote nacionalista en Cataluña entiende que Rajoy se enfrenta a “dos grandes riesgos gemelos”, que son “la ruptura del euro y la ruptura de España”.
Financial Tes es, sin duda, el malote antonomasia y no pierde ocasión de pasar el cedazo de la ortodoxia de la City todo lo que ocurre en España para bien o ….; bueno, para mal o para mal. Las perlas son innumerables y los resultados de sus análisis demoledores.
Tras vaticinar una crisis constitucional en España a raíz del futuro plebiscito independentista catalán, el salmón de la City no deja de azotar las trémulas cas de la economía y la política española, incluso desde el eje de su línea editorial de la que se desprende una etérea spatía la causa independentista que la razona en el hecho de que los catalanes, “relativamente ricos”, contribuyen anualmente con un 9% de su PIB a las arcas del Estado, pero luego están “indignados” que tienen que ir a pedir un rescate para pagar las deudas “como si fueran unos mendigos”.
No se priva de casi nada el Financial Tes, para quien, un Rajoy que “agoniza para decidir si pide un rescate total en Europa y necesita las transferencias de Catalunya para cumplir con las pensiones y las obligaciones del estado del bienestar”. Destacaba el editorial, además, que el PP es “ideológicamente hostil al autogobierno e intenta utilizar la crisis para recentralizar España” y le acusa de “estar creando un cocktail peligroso de penuria fiscal y resentiento nacional”. El editorialista no se para en barras ni en encuesta alguna a la hora de afirmar que “el nacionalismo mayoritario ha sido superado en Catalunya”.
No tiene trazas el FT de parar en sus duros ataques contra Rajoy y su política económica, aunque tampoco le hace ascos a los comtamientos del monarca y no cazar elefantes, sino escribir una carta defendiendo la unidad nacional “un trabajo para los políticos, no para el Rey”.
Pero el paroxismo del FT lo alcanza cuando habla del presidente del gobierno el que está claro que no siente especial spatía y a quien le ha pedido que “gobie el bien de España, no el de su partido” y al que ha acusado de “parecer un otunista sin ningún sentido de calendario”.
Muchos analistas pudieron sentirse sorprendidos cuando el candidato Romney citaba a España en su debate con Obama como un mal ejemplo que él no tomaría como referencia si llegaba a la presidencia de los Estados Unidos. Romney tenía sus motivos: una tante parte de la prensa norteamericana le ha cogido un especial cariño a España y no para de dedicar a nuestro país sus más demoledores análisis y diagnósticos, cuando no retajes fotográficos en blanco y negro, que tienen un poder demoledor, como hizo el New York Tes hace una par de semanas.
De poco valen las visitas que del Rey de España y del presidente del gobierno a rendir pleitesía a la creme de la creme de los diarios neoyorkinos, NYT y Wall Street Journal, si pensaban que con ello iban a modificar un ápice sus líneas editoriales e informativas. Todo lo contrario. El periódico que hace cinco años tuvo que vender su propia sede y cuenta entre sus inversores con poderosos tiburones de Wall Street que ven en este periódico “progresista” una herramienta para especular, no entienden de mensajes, ni de argumentos, ni de políticas de aproxación y don Juan Carlos, Rajoy y España siguieron recibiendo su ración de “collejas”. No así Artur Mas y el proceso secesionista catalán que gozan de cierta spatía en la redacción del rotativo de Manhattan y algún otro medio norteamericano. ¿Cuestión de precio? Muchos analistas consideran que sí. El momento de crisis que vive la prensa exige busca nichos de negocio nuevo.
Algo más equilibrado está en WSJ, aunque en honor a la verdad en sus últas ofensivas arremete con igual dureza contra el gobierno de Rajoy que contra el gobierno de Merkel, olvidándose de que uno de los orígenes de la profunda crisis que nos tiene a todos contra la pared, se encuentra en el sistema financiero norteamericano y sus hipotecas basura.
Es en este periódico donde se ha podido leer que el presidente del Gobierno se encuentra “jugando al juego de los conductores suicidas”. “Se hace el gallito”, señala el articulista criticando al mismo tiempo la “represión contra los indignados que se oponen a las políticas de ajuste”.
The Washington Post, tampoco parece ser muy partidario de dar respiro a la crisis de España y de Europa, y va un poco más allá poniendo de relieve que en empeoramiento de la crisis que atraviesa actualmente la economía española podría conducir a la economía mundial a una “depresión persistente” y tendría numerosas repercusiones, dificultando incluso la posibilidad de reelección del presidente de Estados Unidos.
International Herald Tribune no se anda tampoco las ramas y publicaba recientemente un alarmista artículo en tada en el que enfatizaba que los multillonarios españoles habían evadido hacia los bancos exteriores más de 70.000 millones de euros, fenómeno que según el diario se está extendiendo como consecuencia de las dudas y el pánico de los ricos evasores en relación con la fortaleza del sistema financiero español: “La gente rica ya ha sacado su dinero. Ahora son los profesionales los que envían sus capitales hacia los bancos exteriores”.
El rosario de la prensa británica y norteamericana tiene muchas cuentas y pocas son las que proyectan una agen amigable de España. Más bien todo lo contrario. Y en esas circunstancias, no puede sorprender que la agen de España en el exterior se vea afectada, a la baja, cada día que pasa, dada la poderosa influencia de la prensa anglosajona.
Seis meses después de ocupar la Moncloa, la agencia estadounidense Bloomberg criticaba con dureza al presidente español al titular que “La credibilidad perdida de Rajoy pone a España al borde del rescate soberano” en cuyo artículo recogía valoraciones de analistas que creen que el presidente “no entiende” la gravedad de la situación y que el país necesita de alguien que “reaccione y no sólo finja que todo está bien”. Al autor hacía referencia, entonces, a que Rajoy “había sido objeto de mofa parte de la oposición y los comentaristas tras alcanzar los costos de endeudamiento su récord en la era del euro, incluso después de que los bancos españoles recibieran un salvavidas de 100.000 millones de euros. Rajoy habló del rescate como de una victoria que resuelve los problemas bancarios”. Las hemerotecas son muy duras.
De vez en cuando se escapa una flor, aunque estas son muy escasas. Newsweek daba, hace unas semanas, una alegría a los españoles con un artículo inusual y que marcaba diferencias con respecto a sus colegas. En un artículo titulado España es más competitiva de lo que piensan, la revista sostenía que había algunas razones para el optismo y recalcaba que había que dar tiempo al tiempo, ya que en España ya se habían aplicado “dolorosas reformas”, especialmente en el mercado laboral, cuyos efectos no se ven de un día para otro.
Con todos estos ingredientes y el cla de hostilidad de la prensa anglosajona, todo parece indicar que el rechazo va a continuar y que ello va a seguir presionando a la baja el cla de desconfianza que sobrevuela la economía española. En esas circunstancias, es mucho más complicado darle la vuelta a la economía española, aunque también es cierto que la política de comunicación y liderazgo que mantiene el presidente del gobierno, al que muchos tachan de político antiguo y con un muy peculiar sentido de ejercer el oficio, no ayuda.
Todo ello ha hecho que nazca un gran interrogante sobre los intereses ocultos de estos medios, muchos de los cuales en situación económica complicada y dependiente, tanto, de todo tipo de apoyos y de intereses, hasta el extremo de que agencias de espionaje de algún país europeo, entre ellos España, mantiene abierta una línea de investigación sobre extraños maridajes que se detectan en movientos de ciertas entidades financieras, agencias de calificación y medios de comunicación.
Carlos Díaz Güell es editor de Tendencias del Dinero, innovaspain.com y consultor de comunicación empresarial