El Comité de Empresa ha informado que el seguiento de la prera jornada de huelga de El País ha sido del 95%. En teoría esto pediría la salida del diario de mañana, pero en la práctica la Dirección ha tirado de redactores en México, corresponsales y colaboradores para poder publicar la edición de este miércoles.
El País debe salir mañana a la calle. Es la principal orden que ha dado Juan Luis Cebrián a Javier Moreno. De lo contrario la cabecera daría una muestra de fiabilidad en plena guerra con los sindicatos y el ERE que se debería cerrar en los próxos días. La reunión de ayer fue un fracaso y el Comité ratificó la huelga que según sus estaciones está siendo seguida un 95% de la plantilla de Madrid, Barcelona y las delegaciones.
De hecho, a prera hora de la mañana el Comité hacía público en su blog unas fotografías que revelaban que la redacción amanecía vacía esta mañana. Frente a esta convocatoria la Dirección de El País advertía en una nota publicada en elpais.com que ‘la edición de El País de mañana podría no llegar a su cita con los lectores o hacerlo con menos páginas y sin alguna de sus secciones. La edición digital también podría verse afectada’.
No obstante, los directivos están haciendo lo posible para que esto no se produzca. Para ello han tirado de su extensa red de corresponsales y colaboradores como ya pasó en las pasadas huelgas de firmas. Si todo resulta como esperan la edición de mañana saldrá principalmente gracias a las informaciones enviadas desde el extranjero –con especial foco en las elecciones de EE UU y a las pocas que se logren elaborar en España gracias a los colaboradores.
En esta otunidad además se produce la salvedad de que –según algunas denuncias de los propios empleados de El País redactores contratados en México, a los que se les ha alargado su jornada laboral, están colaborando en la elaboración de la edición digital del diario, curiosamente realizando informaciones referida a la actualidad española. Esta denuncia ya salió a la luz al comienzo del conflicto cuando los redactores de España se negaron a firmar sus informaciones como una de las preras medidas contra el ERE.
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