La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) de tipo húmeda, es una enfermedad crónica, que afecta, principalmente a personas mayores de 50 años con factores de riesgo o predisposición genética. Se trata de una enfermedad altamente invalidante, que supone una pérdida gradual de la visión central, lo que dificulta leer, escribir, ver la televisión, y desarrollar otras muchas actividades diarias habituales, mermando de manera drástica la calidad de vida de las personas que la padecen.
En su informe Vision 2020: global initiative for the elination of avoidable blindness: action plan 20062011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la degeneración macular asociada a la edad, como una enfermedad crónica, responsable de uno de cada diez casos de ceguera legal. Y esta proción va en aumento como consecuencia del envejeciento de la población. En España, algunos estudios sugieren que la prevalencia de la enfermedad es del 4,2% en personas mayores de 60 años, y del 3,1% en mayores de 55 años. Por su parte, el estudio EUREYE, que recoge datos de varias poblaciones europeas, indica que la neovascularización propia de la DMAE afecta al 3,32% de las personas mayores de 65 años.
En este contexto, la Sociedad Española de Retina y Vítreo (SERV), y la Fundación Retina Plus, con el apoyo de Bayer, han publicado recientemente un documento de consenso en el que se resalta la condición de enfermedad crónica de la DMAE, y se incide en la necesidad de un tratamiento precoz, proactivo y prolongado de la misma. El documento, que ha sido coordinado los Dres. Francisco GómezUlla, Presidente de la Fundación Retina Plus, y Director Médico del Instituto Oftalmológico GómezUlla, y Marta S. Figueroa, Presidenta de la SERV, Vicepresidenta de la Fundación Retina Plus, y Directora Médica de Vissum Madrid, y cuenta con la colaboración de prestigiosos profesionales de la oftalmología, presenta los conceptos más recientes sobre la DMAE húmeda, que sirven de base para elaborar un consenso en la aproxación terapéutica a esta enfermedad.
Acerca de la DMAE húmeda como enfermedad crónica
Tal y como comenta el documento de consenso, la DMAE húmeda es una enfermedad crónica y progresiva, cuyo avance puede frenarse, al mismo tiempo que se mejoran sus síntomas y consecuencias funcionales, con un seguiento planificado, y una constante adaptación del tratamiento a la evolución de la enfermedad. Desde el punto de vista médico, social o individual del paciente, la DMAE húmeda cumple con todas las condiciones para ser considerada una enfermedad crónica: es una enfermedad continua, progresiva y duradera que requiere un tratamiento médico y multidisciplinar continuos, no siendo suficientes las pautas de tratamiento más propias de las enfermedades agudas, que reciben tratamiento durante un periodo litado o de manera puntual.
Desde el punto de vista económico, los costes directos e indirectos de la DMAE son considerables. La pérdida de la visión central conlleva tantes litaciones en las actividades de la vida diaria, mayor riesgo de caídas y fracturas óseas, riesgo de depresión y, tanto, una tante disminución en la calidad de vida de quienes la padecen. La atención sociosanitaria a estos problemas constituye un peso económico adicional para la sociedad. De esta forma, la DMAE húmeda es una enfermedad crónica, no sólo las características de la propia degeneración macular, sino también la relación directa entre cronicidad y dependencia, en la que el papel de la familia o de los cuidadores adquiere una tancia fundamental, al tiempo que tiene plicaciones sociosanitarias difíciles de calcular.
En cuanto al tratamiento de la DMAE húmeda, hasta hace algún tiempo no existía un tratamiento eficaz para esta enfermedad degenerativa, aunque en los últos años esto se ha modificado debido a la aparición de los fármacos llamados antiangiogénicos. Puesto que esta nueva clase de farmacoterapia puede contribuir a ralentizar la pérdida de visión y, en algunos casos, a mejorar la vista, es fundamental que la DMAE húmeda se diagnostique lo más precozmente posible para que el tratamiento pueda comenzar cuanto antes, afirma el documento.
Además añade, la DMAE húmeda tiene una mejor evolución si se somete al paciente a evaluaciones regulares parte de los profesionales sanitarios, y se trata con una terapia regular, planificada y preventiva. Los beneficios para el paciente de una mejor evaluación clínica y tratamientos regulares de la DMAE húmeda son obvios: mejores resultados del tratamiento y mejoría de su calidad de vida.
Por tanto, la percepción y reconociento de la DMAE húmeda como enfermedad crónica ayudará a una mejor planificación del tratamiento, reducirá el número de pacientes con ceguera y, en consecuencia, disminuirá los costes relacionados con la enfermedad.