El País se ha dejado casi todo su prestigio en el ERE que ha cerrado hace unas semanas. La agen que se ha transmitido a la opinión pública ha sido de una empresa que no le tan los trabajadores y que apela a una crisis económica que les ha afectado menos que a nadie. Lo últo que hemos sabido ha sido la intención de abonar las indemnizaciones con pagarés, algo rechazado en Asamblea pero que refleja nuevamente la desidia de la empresa y el poco respecto su plantilla.
Pocos pueden esperar que una empresa que hace sólo cinco años ganaba más de 200 millones de euros y que sólo este curso prevé pérdidas después de cinco en crisis económica, ofrezca a sus trabajadores despedidos en un ERE, abonarles la mitad de sus indemnizaciones con pagarés a un año. Es el caso de El País que en su últa oferta ofreció subir el montante de sus indemnizaciones bajo el compromiso de abonar una parte con pagarés.
La propuesta fue rechazada en Asamblea en prer lugar que los trabajadores consideraron que se trataba de una falta de respeto y de tino con empleados que llevaban entre veinte y treinta años en la empresa. Y en segundo lugar nadie quiso aprobarla que no confiaron en la liquidez de la empresa en el mediano plazo. De esta manera, las indemnizaciones de 20 días se pagaron finalmente con un talón al tador entre el lunes 12 y el martes 13 de noviembre, los mismos días que salió el grueso de los afectados del ERE.
Con todo, parece posible pensar que El País –con beneficios millonarios durante décadas no tuviese liquidez en estos momentos para abonar unas indemnizaciones de un plan de ajustes preparado además desde hace meses. Esto, considerando además que a partir de este ERE se sucederán los ajustes en la cabecera de prisa para aguantar el temal que se viene en 2013 y que según todos los analistas no amainará hasta el segundo semestre del próxo año.
En definitiva, una nueva muestra de la poca sensibilidad de un diario con su plantilla histórica y con sus plumas más emblemáticas. ERE con 20 días, intento de indemnizarles con pagarés o en tres plazos, despidos ‘express’ con una carta el día domingo y firma de extinción de contrato un lunes en los despachos de los abogados de Prisa. Y todo esto en un diario que atacó la reforma laboral del PP y que se autoproclama progresista.
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