La Comisión Europea ha hecho pública hoy una multa de 66,8 y 12,2 millones de euros respectivamente a Telefónica y Portugal Telecom una cláusula de no competencia entre ambos operadores que nunca tuvo aplicación y que estaba condicionada al cumpliento de la normativa, lo que dicha cláusula fue anulada de forma automática las partes cuando la Comisión envió la prera notificación.
Los acuerdos a los que se llegó entre ambas operadoras para la compra de la participación que la compañía lusa tenía en la brasileña Vivo parte de Telefónica fueron hecho públicos mediante una comunicación a la CNMV, lo que parece complicado pensar que en el áno de las empresas estuviera la intención de incumplir la normativa aplicable.
A estas cuestiones habría que añadir otra que no es baladí y es que al margen de que como han reconocido las autoridades en la decisión el acuerdo no se mantuvo en secreto, tampoco ha producido ningún tipo de pacto negativo ni para el mercado ni para los consumidores.
Con la desmedida cuantía de la sanción –ante una cláusula que, además, fue anulada, el responsable de Competencia de la CE, Joaquín Almunia, vuelve a mostrar escasa empatía hacia sus compatriotas. La misma poca empatía que le mostró la militancia de su partido cuando eligió en prarias a Josep Borrell como candidato a la presidencia del Gobierno en 2000, aunque como Almunia –quien finalmente fue candidato el apoyo del aparato del PSOE siempre se ha sabido arrar al mejor árbol, acaba cayendo de pie…
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