La crisis puede haber afectado a muchos sectores, pero no así al de la cirugía estética. Según revela la Sociedad Española de Cirugía Plástica y Estética (SECPRE), en España se hacen al año 150.000 intervenciones de este tipo, apodándose la década en la que nos encontramos como la ‘década de los injertos de grasa’. Este culto la agen ha sido el tema elegido el pasado sábado Callejeros (Cuatro) para desarrollar el programa 18 de octava temada.
Nuestra cultura marca cada vez más la tancia de la agen. Esto, unido a las múltiples otunidades con las que nos bombardean a diario para mejorar nuestra apariencia, ha influido en que las operaciones de belleza o la ‘Belleza de Bisturí’ mantenga una tendencia creciente incluso en épocas en las que las dificultades económicas afectan a todos los sectores. Y es que, tal y como explica Miguel Chamosa, presidente de la SECPRE, la crisis económica ha afectado al tipo de operaciones, pero no tanto al número.
Las más afectadas esta crisis son las operaciones de cirugía estética grandes, como el aumento de pecho, su elevado precio, pues ‘solamente los costes de las prótesis ascienden a los 1.000 o 1.500 euros’, indica el doctor Chamosa. En vez de eso, los pacientes se decantan intervenciones quirúrgicas locales, como las operaciones de párpados. El presidente de SECPRE subraya que otra de las intervenciones que no han bajado son las infiltraciones de grasa, pese a que es una técnica que ‘no está todavía conseguida’. Miguel Chamosa asegura que la técnica de las infiltraciones de grasa necesita todavía cierto desarrollo, pues ‘la permanencia de la grasa en el cuerpo, con el paso del tiempo, ronda el 50 ciento, un centaje más bajo si es en el rostro (33%)’.
En Callejeros se explican seis casos reales de personas que buscan alcanzar la belleza plena, aunque sea con un bisturí de medio. Y es que, si esto es algo positivo en muchos casos, como en aquellos enfermos de cáncer o en afectados accidentes de tráfico, existen personas que lo convierten prácticamente en su razón de vivir. Cuatro lo presenta como ‘¿Coquetería, falta de autoesta o enfermedad?’. El tema merece una reflexión.
‘Belleza de Bisturí’ aborda casos como el de la campeona del mundo kickboxing Esther Páez. La prera española en hacerse boxeadora profesional se somete a una operación de cirugía estética para ‘volver a tener un dulce rostro de mujer’. Sin embargo, se describen otros casos en los que, pese al número de operaciones que se han realizado y más de 26.000 euros destinados a estos fines, los protagonistas siguen sin verse perfectos, sentirse más seguros o verse más guapos. Son casos de personas que, tal y como ellas mismas reconocen, ‘están enganchadas’. ¿Es una forma desmedida del culto la agen?
El programa de Callejeros recurre a Julia Vidal, directora en Área Humana Psicología Madrid. ‘Cuando una persona está insegura, tiene baja autoesta o tiene un nivel de ansiedad que le lleva a obsesionar algo, a veces busca en lo estético su bienestar’, explica. Además, pone de manifiesto la influencia que ha ejercido sobre la sociedad el tener al alcance todo este panorama de opciones: ‘Antes cuando no podíamos, trabajábamos en aceptarnos, pero ahora, ¿para qué vamos a trabajar en aceptarnos si vamos a un cirujano y nos retoca aquí y nos sentos mejor?’
Decálogo de consejos antes de someterse a una operación de cirugía estética
La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ha elaborado el Prer Decálogo de Consejos antes de someterse a una intervención de cirugía plástica para explicar y concienciar a la población general sobre la necesidad de aceptar la cirugía plástica como una especialidad médica y quirúrgica con sus riesgos y beneficios. Los expertos llaman a la atención a adoptar las medidas otunas e informarse adecuadamente sobre los diferentes aspectos previos a tener en cuenta antes de una intervención quirúrgica de índole estética. Alarman del hecho de tomarse este tipo de cirugías ‘como algo banal’.
1. Seleccionar un cirujano plástico con título oficial de especialista. Sería, asismo, altamente recomendable que tuviera una experiencia manifiesta en la especialidad.
2. Desde la prera visita, el paciente debe ser explorado, valorado e informado el cirujano plástico que va a realizar la intervención y nunca un agente comercial. Desconfía de las visitas informativas gratuitas y de las ofertas estrictamente comerciales.
3. La intervención debe realizarse en un centro hospitalario o clínica que disponga de todos los recursos necesarios para atender cualquier posible situación de emergencia. Además, debe realizarse en un quirófano que posea todas las medidas higiénicas y de seguridad exigidas.
4. Antes de cualquier intervención es necesario contar con pruebas preoperatorias del paciente tales como estudios electrocardiográficos, analíticos y radiológicos. De esta forma se comprueba que no existe ninguna contraindicación médica para realizar la operación y que se accede al quirófano con la máxa información requerida.
5. El paciente tendrá que firmar un documento con su consentiento una vez que se considere bien informado y haya entendido las dudas sobre la intervención a la que va a ser sometido y los objetivos que se pretende conseguir con la misma.
6. Todo el equipo médico que trabaja con el cirujano plástico debe tener su titulación oficial correspondiente.
7. Cualquier intervención de cirugía mayor ambulatoria o cirugía con anestesia general debe contar con la presencia, en el quirófano, de un médico anestesista cualificado y titulado.
8. Algunas operaciones requieren el ingreso del paciente en la clínica u hospital y otras no. Aun así, en ambos casos es necesario el seguiento y revisión del paciente durante el proceso postoperatorio.
9. La evolución del paciente tras la cirugía debe realizarla personal cualificado bajo la supervisión del cirujano plástico responsable o él mismo. Tras el alta médica el paciente deberá disponer de un informe en el que se detalle la operación practicada y los consejos a seguir en el futuro.
10. Hay que tener el tiempo necesario para tomar la decisión adecuada. Si se tienen dudas, hay que resolverlas antes de la cirugía e incluso se puede pedir una segunda opinión a otro profesional. Nunca hay que precipitarse ni tomar la decisión en situaciones excepcionales.
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