Define la Real Academia de la Lengua “reputación” como el prestigio o esta en que son tenidos alguien o algo. El Spain Investor Day que se celebró en Madrid los días 15 y 16 de enero encaja perfectamente en lo que la Academia entiende reputación ya que ha sido, un año más, todo un éxito para vender la marca España entre los escépticos inversores internacionales.
La cita ha conseguido reunir a 200 inversores internacionales con los preros ejecutivos de 35 compañías cotizadas españolas, en su mayoría del Ibex 35. El Príncipe Felipe presidió su inauguración y dicho evento pasaron, sin hacerse de rogar, ministros, secretarios de Estado y el presidente de la Comunidad en la que se celebró.
Tras los muchos nervios, reuniones maratonianas, idas y venidas para que la organización fuera exquisita, queda el buen sabor de la estupenda cobertura mediática que ha tenido también en esta ocasión la iniciativa, un aconteciento que contribuye a generar la tan ansiada confianza de los inversores extranjeros y extensión la no menos necesaria tranquilidad de los mercados.
Pero, ¿se agina alguien que este encuentro hubiera podido alcanzar las densiones y prestigio con el que ya cuenta tras su tercera edición de haberse celebrado a puerta cerrada, sin ser cubierto los medios, sin generar titulares, sin que se hablara de él en los corrillos de los desayunos empresariales de los días siguientes? Con rotundidad podemos afirmar que no.
En realidad el contenido de las conversaciones one to one que mantuvieron inversores y empresarios no trascendieron a la opinión pública, pero eso no es decisivo para “aupar” la marca España. Lo realmente relevante es que esos inversores extranjeros estuvieron dispuestos a reunirse con la élite empresarial y que luego los medios se hicieron eco de ello.
Eso nos lleva a reflexionar sobre lo tante que es, no sólo la tan manida frase de que “hay que generar confianza”, ya sea en un país, en las medidas de un gobierno, en una compañía o en un producto, sino además, mientras lo hacemos, debemos ser capaces de contar que estamos en la producción y manufactura de dicha confianza, describir de la manera más exhaustiva, objetiva y meticulosa posible, sin caer en el autobombo, todos los pasos que estamos dando para la producción de dicha confianza.
En estos momentos en los que el mundo mira con lupa los tímidos brotes verdes en nuestro país, España debería ser una factoría de generación de confianza a espuertas, ésta debería producirse en cadena y para todos.
Pero no nos llamemos a engaño, que la tan ansiada confianza de los mercados que devuelva a España la agen de país de base sólida para hacer negocios no se consigue sólo con invocarla.
La confianza llama a la confianza, y dicha confianza vista en retrospectiva se convierte en reputación, que más de 200 inversores internacionales y 35 preros espadas de la élite empresarial de nuestro país, no pueden estar equivocados y no pueden haber celebrado 550 encuentros sólo para hablar de golf.
España es un país de grandes potenciales e históricamente hemos sido capaces de revertir situaciones que pintaban grandes nubarrones en nuestro horizonte. La tarea de salir de la crisis en la que nos encontramos inmersos en estos momentos es una gesta de titanes y requiere de muchas medidas que además han de contarse y contarse bien.
El Spain Investor Day, a mi juicio y aunque sea un evento organizado Estudio de Comunicación, Firma en la que trabajo, es un ejemplo de buenas prácticas de cómo deben gestionarse y detallarse dichas medidas y debería ser incluida en los manuales tanto de comunicación financiera como de organización de grandes eventos y servir de ejemplo también a nuestros amigos alemanes. Si, señores del Bundesbank, ya ven que pese a nuestra bien merecida fama de provisadores pulsivos, en España también sabemos trabajar de manera meticulosa y organizada y somos capaces de obtener resultados excelentes.
¿Y que queda después de la resaca de los emails de felicitación y los agradecientos varios, los muchos minutos en televisión y los recortes de prensa? Sin duda lo más tante: la satisfacción de saber que el Spain Investor Day ha alcanzado una excelente reputación y que errores al margen, que seguro que los hubo y posibilidades de mejora para el futuro, que siempre las habrá, esta iniciativa no sólo aprueba, sino que saca nota al preguntar su valoración a los empresarios participantes en el mismo, a los inversores que asistieron, y a las autoridades que lo avalaron con su presencia.
Ana Pereira,Consultora sénior en Estudio de Comunicación.