En la Tierra a jueves, diciembre 26, 2024

Paisajes después de la Fumata

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Aunque la Iglesia Católica nunca se ha caracterizado abrazar las tendencias sociales más innovadoras en su larga trayectoria, lo cierto es que hace unos meses nos sorprendía con el inicio de sus acciones en las redes sociales, y la cuenta @Pontifex iniciaba su andadura, marcando, sin duda, un antes y un después. Durante el “kick off” del cónclave reunido en la Capilla Sixtina deshojando la margarita y con el suspense de las dos preras humaradas negras, la actividad digital ha estado en standby. Ninguno de los asistentes ha colado un Smartphone en la casulla, o al menos no lo han utilizado –tampoco sabemos si cuentan con un escáner, aunque sea de madera dado lo histórico del lugar, al efecto de evitar introducir aparatos electrónicos para filtrar al exterior lo que se estaba cocinando en este selecto sanedrín.

 

De lo que no se puede dudar es de la capacidad de convocatoria mediática de los purpurados. Los más de 5.000 periodistas acreditados a la espera de saber cuál sería el veredicto final es una muestra del interés que despierta en todo el mundo saber quién regirá los destinos de la Iglesia. Pocos acontecientos, seguramente ninguno, hay en el mundo que consigan reunir a un número tan ingente de plumillas, cámaras, fotógrafos, corresponsales, enviados especiales, bloggers (si bloggers, que haberlos, haylos) y un largo etcétera. Este puede ser un aviso para navegantes (nunca mejor dicho): si la Curia consigue trasladar este éxito informativo de los canales tradicionales de comunicación a las redes sociales, seguramente llegará a formar parte del Top 10 mundial de followers en un visto y no visto. Sin ir más lejos, el otro día leí que un futbolista de la liga inglesa tenía más de 5 millones de seguidores. “Pecata minuta” –en deferencia a la Iglesia que de siempre ha manejado como nadie el latín con lo que puede llegar a suponer le revolución digital cristiana.

 

Pero hay otras cuestiones en el aire. Al igual que ocurre en el mundo empresarial, mucho depende de quien tome las decisiones de cómo, cuándo y con qué estar en las redes sociales. Todos sabemos que en esta materia hay diversidad de opiniones; desde los que se muestran fascinados hasta los temerosos (en este caso podría ser de Dios). No hay duda de que uno de los interrogantes que más morbo despertaba en el resultado final del cónclave era saber el perfil que tendría el elegido: joven (entre paréntesis), mayor (sin paréntesis), conservador, progresista, etc…Al final ya sabemos que se trata de un jesuita y no excesivamente mayor, según las tendencias eclesiásticas. No vamos a decir que la batalla interna perfilar la estrategia a seguir en el mundo digital, en caso de que así se decida, alcance las cotas de antaño con el uso del preservativo, si era pecaminoso o no, pero habrá que esperar. Al menos en el mundo académico los jesuitas tradicionalmente han ido un pasito delante en cuanto a innovar y abrir la mano a la modernidad. Si dan la bendición a seguir adelante en la red tendrán que saber que, en este caso, el Espíritu Santo solo no servirá para estar exentos de malware.

 

La resolución de este momento histórico ha sido seguida millones de personas en todo el planeta con inquietud en periódicos y televisiones, con los ojos puestos en la chenea más fotografiada y filmada del mundo, esperando ansiosos el veredicto que se iba a tomar en la capilla más popular de la tierra, aunque su reino esté en el cielo.

 

Esta vez Twitter, la famosa red de los 140 caracteres, aunque le hubiera valido con doce (Habemus Papam), ha tenido que esperar; no ha sido el medio en dar la pricia del resultado final. El humo blanco de las papeletas quemadas que sale una chenea nos ha dado la noticia. Ha batido, aunque sea segundos, a todas las pantallas, tabletas y smartphones del mundo.

 

Es el momento de entrar en @Pontifex y comprobar si iba en serio la apuesta digital o hay un cambio de estrategia que se ajuste al perfil del nuevo Papa, cuyo arraigo espiritual conocemos pero no tanto su sentir cibernético. La chenea seguirá siendo, los siglos de los siglos, la avanzadilla informativa cada vez que haya que elegir Papa, pero la red es una ventana al mundo con mucha mayor pegada que la de la plaza de San Pedro en Roma. No conseguirán un medio mejor para colocar su “Salve Regina” también entre los Top 10.

 

Alex Etxebarria, Director de la división de Tecnología de Grayling

 

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