El Grupo Interecomomía cerraba la semana pasada el ERE en Intereconomía Coración, tras acordar el de La Gaceta de los Negocios. En total 143 personas que se suman a los 160 que abandonaron la empresa en verano pasado. 302 despidos en menos de un año para recortar la plantilla en un 40%, una verdadera ‘masacre laboral’ que no garantiza la viabilidad de la compañía. Y es que a pesar de estos despidos que no tienen garantizadas ni sus indenmizaciones, la empresa sigue al borde del precipicio, recomponiendo una estructura que tampoco es viable desde el punto de vista operativo.
Hace un año Intereconomía tenía unos 800 empleados entre todas sus empresas. Doce meses después quedan menos de 500 para hacer el mismo trabajo, en los medios medios y con la misma exigencia. En La Gaceta se han ido 55 personas sólo este mes que se suman a los 40 que se fueron en verano. A día de hoy quedan 45 personas en el diario, sin departamento de sistemas, ni de maquetación y prácticamente sin redactores. Una situación que hace casi posible la viabilidad de la cabecera en el corto plazo. En el Grupo se niegan a reconocer un cierre de la edición presa, pero el nuevo modelo de ‘externalizar’ todos los servicios sólo tiene sentido con una edición exclusivamente digital.
En el caso de Intereconomía la situación es silar. En un año y fruto de los sucesivos recortes, la cadena ha renunciado casi completamente a la producción propia. Han desaparecido programas emblemáticos como el espacio de Salud de Manuel Torreiglesias o el de Alfonso Arteseros y se han sustituido programas enlatados o películas. En estos momentos, la cadena tiene ‘alquilada’ su franja de mañana a Federico Jénez Losantos y la de la tarde a Metropolitan TV.
En cuando a la Radio, Radio Inter está casi desaparecida, mientras Ariza negocia la cesión de las frecuencias al mejor postor, de momento sin éxito. Al igual que el resto de sotes está en mínos y es muy difícil realizar producción propia. En los departamentos de servicios la situación tampoco es muy distinta. Después de los sucesivos EREs ha desaparecido casi completo el área de Administración y el Comercial haciendo inviable el desarrollo del día a día de la empresa.
Y todo ello enmarcado en las cuentas que se acumulan. A los pagos de cuatro meses se suma ahora el coste que la empresa deberá abonar a los despedidos –con los que se comprometió a cancelarles todo lo adeudado más las indemnizaciones de 24 días con tope de 60.000 euros. Como ya os hemos contado Julio Ariza negocia un préstamo de 2,2 millones con diferentes entidades bancarias, pero de momento sin éxito. También está tocando las puertas de la mayoría de las empresas españolas, aunque tampoco con resultados positivos.
Dicho de otra manera, el cierre de los EREs está lejos de ser la solución para la empresa y mientras no entre un socio de referencia, difícilmente se podrá enderezar la situación, Mientras, los proveedores se acumulan y nadie cobra ¿Cuál es la fecha límite?
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