El País está en plena reestructuración. O así al menos se lo dicen sus directivos a la plantilla. No se habla de un proyecto claro sino que de líneas de acción divorciadas entre sí, que van desde el pago contenidos, pasando reformas en los método de trabajo, la forma de entender la integración de las plantillas y terminando en las nuevas ediciones internacionales. Incluso no se descarta reformar de nuevo el periódico en papel e incluso el digital. Todo está en revisión, el problema es que sigue sin haber un liderazgo claro que logre sacar a la redacción del desconcierto en el que se ha instalado.
¿Dónde está Javier Moreno? Es la pregunta que regularmente se hace la plantilla de El País, casi siempre sin obtener respuesta. Y es que el actual director de la cabecera no se pasea regularmente la redacción y muchos dudan si acude realmente al diario con frecuencia. En teoría el director en funciones es Vicente Jénez desde hace bastantes meses, aunque el adjunto al director ha pasado a liderar el proyecto de pago contenidos alejándose del día a día. En este caótico organigrama quienes están llevando el peso de la redacción y de la toma de decisiones son los subdirectores, aunque cada uno desde una perspectiva distinta y sin compartir decisiones.
Este caos paradójicamente coincide con lo que desde la propia dirección se ha llamado como una de las mayores revoluciones del diario de Prisa en las últas décadas. La brutal caída de los ingresos –del 30% en publicidad y del 15% en ventas les han obligado a poner todo en revisión. Todos están conscientes en que se debe refundar el diario y se habla de una profunda reestructuración, pero la realidad indica que no hay un rumbo claro y que todo lo que se está haciendo no es más que una reacción precipitada ante los acontecientos.
PAGO POR CONTENIDOS: El pago contenidos en Intet es una de las mayores incertidumbres. Hace unas semanas se realizó un esclarecedor editorial anunciando indirectamente que se apostaría esta vía, pero la realidad dice que no hay nada claro y que en estos momentos sería posible articular un proyecto coherente para abordar un ‘paywall’ en condiciones. Se necesitan estos ingresos como agua de mayo pero no se decide todavía qué ni cómo hacerlo. Todo se ha confiado a Vicente Jénez quien trabaja en el absoluto anonato dentro de su despacho, algo habitual en el equipo directivo, proclive a ‘ocultar’ los grandes proyectos temor a filtraciones. Como en el caso ‘wikileaks’, el problema es que ahora no hay nada que ocultar.
¿NUEVOS MÉTODOS DE TRABAJO? Algunos apuestan separar nuevamente las redacciones, integradas hace unos cinco años, y uno de los principales argumentos de la dirección para despedir a los más de 120 profesionales del ERE del año pasado. Hoy no se sabe si es más útil publicar todo en Intet, en las aplicaciones, si hay que hacer un retaje diferente para cada sote o splemente sacar avances que se den con profundidad en la edición del papel. En el caso de Intet la redacción integrada trabaja durante el día y la redacción de México lo hace la noche. Tampoco esta claro que éste sea el mejor método de trabajo. Nuevamente el objetivo es cambiar, pero no se sabe hacia donde hacerlo.
EDICIÓN AMÉRICA: Es una de los pocos negocios que puede dar dinero en el futuro, se ha apostado potenciarlo, pero el principal problema es que no se sabe como rentabilizarlo. Las empresas españolas están en recesión y las latinoamericanas no creen que un diario español pueda darle visibilidad en el extranjero. Tampoco nadie pagaría noticias de un diario español aunque fuese con un enfoque americano. Esta suerte de aventura apostando el concepto ‘global’ de El País se equivoca en su naciento ya que el diario de Prisa no es global como el New York Tes o el Washington Post.
¿REDISEÑOS? No es prioridad, pero está todo tan convulso que no se descarta como un derivada de otra estrategia. Lo que tendría mucho más sentido sería el papel, sin cambios desde el rediseño de ‘El País con tilde’ en su cabecera. Con todo, estas estrategias de revisión pasan el necesario reordenamiento directivo que sigue pendiente, pero es cada vez más necesario.
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