La Asociación Americana de Prótesis y Órtesis (AOPA) ha prometido prótesis, no cubiertas el seguro, para las 20 o 25 víctas que, tras las explosiones del 15 de abril en Boston, perdieron sus miembros inferiores. Según Tom Fise, director ejecutivo de la Asociación, ‘muchos de estos pacientes aún hoy no saben lo que les depara con sus seguros; lo que este programa trata de garantizar que las decisiones para restaurar la movilidad de estos pacientes sean tan independientes como se pueda de cualquier consideración de las litaciones que el seguro pueda plantear’.
Desconcierto, conmoción, indignación, potencia y repulsa. Son algunas de las sensaciones que experentamos cuando nos enteramos de algún suceso relacionado con actos de terrorismo, masacres o asesinatos. Rápidamente nos lanzamos a denunciarlo. Analizamos la situación, repudiamos a los asesinos y nos ponemos en la piel de las víctas. Nos compadecemos de ellas. Esa es la palabra: ‘compasión’.
Compadecer. La palabra ‘padecer’ deriva de un verbo del latín que significa ‘sufrir’, ‘pasión’. Por lo tanto, la palabra ‘compadecer’, despojada del sentido prostituido del término que la define como el sentiento de compasión alguien, se manifiesta como el hecho de compartir la desgracia ajena doliéndose de ella. Padecer con alguien. Sin embargo, al contrario que la acción, la palabra ‘pasión’ es un estado pasivo. Nos compadecemos, pero desde la distancia. Repudiamos, pero desde la distancia. Analizamos, pero desde la distancia.
No obstante, sí existen personas que adquieren una postura de compasión ‘activa’. Pasan a la acción. En el últo suceso que ha empañado el mundo, conocido como la masacre de la Maratón de Boston, murieron 3 personas y el número de heridos se acercaba a los 200. De ellos, entre 20 y 25 víctas fueron sometidas a amputaciones de algunos de sus miembros. Entre ellos, un niño. Concienciados con la realidad a la que se enfrentan estas últas víctas, no exentas de dolor físico, miedo, ansiedad, soledad, incertidumbre y tristeza, y ayudando en la medida de lo posible, un grupo comercial americano ha prometido procionarles prótesis gratuitas.
La Asociación Americana de Prótesis y Órtesis (AOPA) ha ofrecido servicios iniciales y prótesis, no cubiertas el seguro, para los pacientes que tras las explosiones del 15 de abril perdieron sus miembros inferiores. Y es que, los costes de estos dispositivos son tremendamente caros. Una prótesis debajo de la rodilla ronda los 8.00012.000 dólares. El precio sube a los 40.00060.000 dólares para las prótesis enca de la rodilla.
De este modo, las víctas que han perdido las dos piernas se enfrentan a un coste médico que supera los 450.000 dólares en los próxos 5 años, según esta Tom Fise, director ejecutivo de la Asociación. De este modo, la Asociación y sus integrantes, tanto expertos protésicos como fabricantes, procionarán el asesoramiento y la evaluación necesaria para el diseño de dispositivos y el tratamiento de las víctas de los bombardeos.
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