Los médicos de familia denuncian la existencia de diferencias en su capacidad para prescribir los nuevos anticoagulantes orales (NACO) entre las distintas comunidades autónomas. Esta es una de las principales reivindicaciones que se pondrán de manifiesto durante la I Jornada de Consenso en Atención Praria que se celebra mañana en la Escuela Nacional de Salud (Avda. Monforte de Lemos nº 5, Pabellón 7) y que está dedicada a estas novedades terapéutica.
La Jornada ha sido organizada conjuntamente la Sociedad Española de Médicos de Atención Praria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) y la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y su inauguración correrá a cargo del director del Instituto de Salud Carlos III, Antonio L. Andreu. El acto será clausurado el director general de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, José Javier Castrodeza.
El objetivo final de la Jornada es la elaboración de un Documento de Propuestas y Recomendaciones sobre nuevos anticoagulantes orales que esté avalado las tres sociedades de Praria. Para ello, están previstas dos mesas de debate en las que se discutirá sobre la necesidad de dicho manual, los aspectos técnicos basados en la evidencia que debe incluir el documento y el papel que deben desempeñar las comunidades autónomas en su aplicación. El otro gran bloque de la jornada recogerá la visión que tienen sobre el uso de estos fármacos las sociedades científicas de otras especialidades, y contará con la participación de representantes del ámbito de la Cardiología, la Medicina Interna y la Hematología, aparte de la Medicina de Familia.
No obstante, la visión de los médicos de familia ya se puso de manifiesto en 2012 cuando estos profesionales expresaron su preocupación el modelo de prescripción actual: pasado más de un año desde que estuvieran disponibles los nuevos anticoagulantes orales para la prevención de ictus en la fibrilación auricular no valvular, continúa habiendo evidentes diferencias en la capacidad de prescribir de los facultativos según la comunidad autónoma y, tanto, del ámbito geográfico, lo que determina serias barreras para el acceso de los pacientes al tratamiento, a veces tan solo escasos kilómetros.
Las tres sociedades científicas recordaron entonces que el problema del visado no solo afectaba a este grupo de fármacos y advirtieron de la obsolescencia de este procediento en un modelo de Atención Praria que ha demostrado ser eficiente desde hace más de 25 años. Pusieron precisamente como ejemplo de que el visado era una opción caduca, el paradigma de los nuevos anticoagulantes, al pedirse a los médicos de familia de determinadas regiones del país la posibilidad de indicar y prescribir un tratamiento que supone una de las mayores innovaciones recientes en terapéutica cardiovascular.
