La dependencia constituye hoy día uno de los problemas sociosanitarios de mayor envergadura al que se enfrentan los países desarrollados como España, con un elevado centaje de población mayor, que además va en aumento. En este contexto, el médico de Atención Praria (AP) se encuentra en una situación privilegiada para detectar precozmente posibles situaciones de dependencia, evaluar sus diferentes grados y elaborar un plan de cuidados adecuado a cada caso.
Así lo ha explicado el profesor José Manuel Ribera Casado, Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y coordinador de la jornada Dependencia y Atención Praria: Una cuestión de sensibilización, que tiene lugar esta tarde en la Academia, organizada junto con la Fundación Caser.
De hecho, este profesional sanitario es en muchas ocasiones el prer interlocutor al que se dirigen las personas dependientes y sus familias para obtener información o consultar cualquier duda. Con este motivo, uno de los principales objetivos de esta sesión es, según explica el Académico ‘es sensibilizar a estos profesionales, facilitarles información sobre la actual Ley de Dependencia, destacar cuáles son los puntos clave en este tipo de consultas y cómo, desde su puesto de trabajo, pueden contribuir a que un derecho tan tante sea cada vez más accesible al ciudadano’.
Por su parte, Juan Sitges, director de la Fundación Caser para la Dependencia, apunta que ‘con la participación en esta jornada, la Fundación cumple, una vez más, con su objetivo de colaborar en aquellos foros que sirvan para atar soluciones en materia de coordinación sociosanitaria y que redunden en la mejoría de la atención a las personas dependientes y sus familias. Sin duda, desde el ámbito sanitario son innumerables las ataciones que se pueden hacer y el asesoramiento que el médico de praria puede ofrecer es clave, ya que en muchos casos será quien detecte dichas situaciones’.
Una ley hecha ‘sin médicos’
La Ley de Dependencia, que se aprobó hace ahora seis años, tenía como objeto regular condiciones básicas de promoción de la autonomía personal y de la atención a personas en situación de dependencia mediante la creación de un sistema nacional que, además de servir de nexo entre las distintas administraciones, permitiera optizar los recursos públicos y privados disponibles y organizarlos en los distintos niveles de intervención. En opinión del profesor Ribera Casado, ‘a los médicos no se les ha consultado para hacer la ley, lo que para la mayoría del colectivo es una normativa desconocida y alejada de su quehacer habitual. Se trata de una ley social que ha reducido al máxo los aspectos que tienen que ver con la clínica’.
A pesar de ello, los médicos deben conocer la Ley de Dependencia dado que son el prer agente sanitario al que la población acude cuando sospecha que en su círculo más próxo puede haber una situación de dependencia. Según explica el Académico, ‘los médicos están preparados para hacer una labor de prevención tante, dando consejos saludables en consulta y desaconsejando hábitos nocivos. Sin embargo, cuando se presenta un paciente que pude estar en situación de dependencia no cuentan con tanta práctica e información. En estos casos el médico debe conocer los baremos existentes, a quiénes es aplicable la ley y a quiénes no, así como el contenido clínico y social, que tiene que ver con hábitos de vida y patologías previas del paciente’.
No podemos olvidar, según apunta este especialista, que el médico de familia es fundamental para valorar al dependiente, dado que ‘las causas que la generan son médicas, y fundamentalmente tienen que ver con las enfermedades degenerativas, del aparato locomotor, del sistema cardiovascular, de la visión o con síndromes geriátricos. Entre estas patologías encontramos más del 90% de las causas que generan dependencia en nuestro país’.