Según se ha puesto de manifiesto en la reunión ‘Hematología en el siglo XXI: retos clínicos y económicos’, celebrada gracias a la colaboración de GlaxoSmithKline (GSK), una nueva clase de fármacos, los análogos de la trombopoyetina, está suponiendo un cambio en su abordaje y pueden jugar un papel muy tante para un ópto manejo de la enfermedad.
En esta cita de interés, los expertos han actualizado el tratamiento de la PTI, ‘que debe ser individualizado y ajustado según las características y comorbilidades del paciente concreto para optizar sus resultados’, señala la Dra. Eva Mingot, del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga y moderadora de la prera mesa de debate de este foro. Asismo, se ha abordado la tancia de la adecuada gestión de los recursos sanitarios, tanto desde el punto de vista de los servicios de Hematología como de los trabajadores del sistema.
La Hematología no está exenta de los retos generales que la gestión propone a la Medicina en el siglo XXI. En este sentido, para el Dr. Javier Palau, del Hospital Universitario La Fe de Valencia y moderador de la segunda mesa, ‘el abordaje diagnóstico y terapéutico de las enfermedades hematológicas en tiempos de crisis económica será, sin duda, cada vez más difícil, lo que será necesario definir las bases con mucha precisión y tratar de reducir la variabilidad en la toma de decisiones, a lo que seguro nos ayudarán los avances en farmacogenómica y, en general, lo que ha venido en llamarse medicina personalizada. El reto de la cronicidad, ya que cada vez curamos más pacientes y los transformamos en pacientes crónicos, también hará que seamos especialmente cuidadosos con el consumo de recursos’.
En el caso de los pacientes con PTI, una enfermedad que es más frecuente en mujeres, la adecuada gestión de su atención, régen de visitas, tratamientos bien ajustados, disminución de la aparición de efectos adversos, colaboración entre hematólogos y médicos de Atención Praria y el uso de las alternativas a la hospitalización convencional serán aspectos clave para su relación con el sistema sanitario. La doctora Mingot explica: ‘Tenemos que tener en cuenta que se trata de una enfermedad que en más del 60% de los casos se convierte en crónica, aumentado su prevalencia año a año’.
El día a día de estos pacientes, siempre que mantengan las cifras de plaquetas seguras, puede ser normal, con los inconvenientes tan solo de las revisiones periódicas, ‘lo cual no deja de ser un problema en cuanto a días de pérdida de actividad laboral en los tiempos que corren’, apunta esta experta. Pero, los pacientes con cifras bajas además de las revisiones requieren de tratamiento mantenido y seguientos frecuentes, lo que durante estos periodos su vida cambia y depende de la sintomatología hemorrágica que presenten o la toxicidad de los fármacos que precisen.
Modelos basados en la gestión clínica
Para el Dr. Palau, la incoración de medicamentos que son efectivos y que vienen a llenar un hueco terapéutico entre los pacientes siempre debe ser bienvenida, pero precisa de un posicionamiento muy cuidadoso.
En este sentido, muchos hospitales o departamentos integrados de salud están ahora optando plantar modelos basados en la gestión clínica. ‘Sin embargo –afirma, los modelos de gestión más novedosos todavía están lejos de plantarse en nuestra sanidad pública y la transmisión de la responsabilidad desde las gerencias hasta los clínicos, los que realmente deciden, se hace muy poco a poco’.
Las propuestas para contribuir a la sostenibilidad del sistema deben tratar de asegurar una asistencia adecuada. El doctor Palau menciona como posibles medidas, agrupar y concentrar los recursos en unos pocos sitios en los que se busque la excelencia. ‘El trabajo compartido en red es muy tante, los sistemas de información de hoy nos permiten transformar nuestros métodos diagnósticos para gestionarlos de manera más centralizada y uniforme. La concentración de pacientes muy consumidores en unos pocos centros de excelencia facilita la optización de los recursos, la investigación y la docencia, aspectos que no se pueden separar de la pura asistencia en una especialidad de avance tan rápido como la hematología’, asegura.
‘Por otra parte –concluye se debería avanzar en dotar a los sistemas públicos de gestión directa de algunos de los mecanismos de los que disponen los sistemas privados para poder agilizar su gestión y demostrar su eficiencia’.
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