Personalidades de la élite política y de lo mejorcito del sector salud se reunieron anoche en la velada en la que se entregaron los II Premios A Tu Salud 2013 y que presidió la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ante la atenta mirada de un auditorio tan abundante como la barba con la que David Ruipérez, coordinador del suplemente de salud de La Razón, presionó al personal y que contrastó con la elegante vestenta de las chicas de su redacción.
El evento no pudo ser más completo. Asistieron representantes de la administración, de la industria, de colegios de profesionales médicos, farmacéuticos y enfermeros… Todos y cada uno de ellos con su correspondiente dircom, quien siguió sus pasos desde cerca. No tanto el equipo de comunicación del Ministerio, quienes mientras Ana Mato presidía los premios y entregaba los algunos galardones, aprovechaban para cotorrear a sus anchas en las inmediaciones de la sala. Incluso fueron abordados dos ‘canaperas’ que, a su llegada, los confundieron con los organizadores del evento.
Mientras tanto, la Ministra de Sanidad daba el do de pecho en el entarado. Ante la atenta mirada de Sergio Alonso, redactor jefe del suplemento de salud de La Razón, y David Ruipérez, coordinador de A Tu Salud, quienes inexplicablemente no entregaron ningún premio, Ana Mato entretuvo con un discurso en el que aseguró que ‘la reforma sanitaria garantiza que la sanidad siga siendo pública, universal, gratuita y de máxa calidad’ y donde calculó que con ella ‘se ha conseguido, hasta mayo, un ahorro de 1.750 millones de euros en farmacia’. Así pues, calificó de ‘inaplazable’ la reforma de la sanidad ‘para garantizar la supervivencia de la sanidad’ y lanzó un mensaje de confianza en el futuro.
También participó en la entrega de premios el director del periódico, Francisco Marhuenda. La secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, entregó los galardones de turismo. Ya en el cóctel, pudos ver a un Consejero de Sanidad más distendido que nunca. Cigarro en mano, conversaba relajadamente con los invitados.
¿Y qué es una fiesta sin las famosas ‘canaperas’? El colofón del evento lo protagonizaron un grupo de octogenarias que se colaba en la fiesta diciendo ser invitadas ‘ su amigo Ansón y el mismíso Lasquetty’. Asiduas a este y a cualquier tipo de convocatorias sanitarias, estas expertas en el arte del espionaje volvieron a demostrar su eficiencia para controlar todos y cada uno de los ‘saraos’ del sector salud allá donde se celebren. Además, consiguieron acaparar miradas en detrento de las suscitadas la barba de Ruipérez.
Avezadas gorronas y maestras en el arte de perseguir bandejas con un adiestramiento forjado a base de años de experiencia, las ‘canaperas’ hasta se permitieron la licencia de regañar a algunos de los operarios del servicio de catering no hacerles llegar los platos o no llenarles el vaso hasta arriba. Su perfectamente hilada maniobra comprendió también el momento de la despedida. Sin perder de vista el reloj, las cinco señoras salieron del evento cronometradas con el últo autobús de línea que podía llevarlas de vuelta a casa. Una elaborada estrategia digna de ser galardonada en la próxa III Edición de estos premios, para los cuales, seguro que ya están preparadas.
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