Tras la crisis de la ca de caballo llega la revolución de la prera ca sintética con células madre de vaca, que ha obtenido numerosos espacios en medios y ha sido tada de El País. Los medios tienen hambre de noticias y devoran la prera hamburguesa de laboratorio.
La ca es protagonista mediática una vez más: esta vez ser objeto de un experento que pretende afrontar proyecciones de la FAO, que señala que la demanda mundial de este producto se incrementará en dos tercios de aquí a 40 años. Investigadores de la Universidad de Maastricht trasladan el uso de células madre desde la medicina a la gastronomía y crean la prera hamburguesa cultivada en laboratorio.
Se trata de una hamburguesa que ha requerido de 248.000 euros y cinco años de estudios para su elaboración, si bien su fabricación se ha desarrollado en tres meses. En este periodo el equipo dirigido Mark Post ha extraído tejido del trasero de una vaca y que posee dos tipos de células madre: las precursoras del músculo y las de la grasa.
Sin embargo, los investigadores han trabajado sólo con las preras, que han cultivado en placas, han sido estuladas en su creciento y proliferaración y han sido convertidas en ‘tiras’ de tejido muscular de alrededor de un centímetro de largo. Hacen falta 20.000 de esas tiras para crear una hamburguesa de tamaño convencional.
Post afirma que la hamburguesa cultivada es una necesidad ética, económica y alentaria debido a que en el futuro la ca estará en el listado de ‘productos de lujo’, a que supondrá un ahorro del 99% de superficie cultivada y a que se contaminará menos con este sistema de producción: el gasto energético se reducirá en un 45% y la emisiones de gases de efecto invernadero en un 96% al disminuir la pastación del ganado.
En el momento de la cata de la nueva hamburguesa quedó patente que ‘para gustos hay colores’. Mientras el crítico gastronómico Ruetzler afirmó que ‘su sabor es bastante intenso, y realmente está cerca de la ca, aunque no es tan jugosa’, Schonwald señaló que ‘el bocado tiene el tacto de una hamburguesa’ pero ‘lo que resulta claramente distinto es el sabor’.
El grupo de Maastricht planea ahora añadir a su receta células madre precursoras de la grasa para mejorar su textura y quizás también su sabor. Se prevee la comercialización de la hamburguesa dentro de un marco de diez a veinte años pero el equipo aún no ha obtenido la autorización de venta en el mercado, como pone de manifiesto el vídeo superior.
Las células madre comenzaron a ser utilizadas hace 15 años con fines médicos. Ahora su uso da un salto al consumo. Tal vez la medicina se perfile como la precursora de la industria de gran consumo, de la misma forma que los avances bélicos configuraron un día los mecanismos de otros sectores.
Seguiremos informando…