Durante el encuentro ‘Los beneficios inmateriales de las industrias y políticas culturales y de salud pública’, celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander con el aval del Ministerio de Educación, Cultura y Dete, ponentes de diversos campos han analizado los procesos y efectos que intervienen en la construcción de sociedades más satisfechas, estulantes, optistas y equitativas que favorecen el desarrollo humano.
El programa del encuentro se ha centrado en destacar que lo más relevante es muchas veces invisible. La crisis económica y de valores que estamos viviendo hace más necesario que nunca sacar a la luz lo que de verdad funciona y estamos haciendo bien. La jornada contó con la participación de Montserrat Tarrés, Directora de Comunicación Corativa de Novartis quien presentó los valores intangibles más allá de los beneficios propios del proyecto Interlife de Novartis, una iniciativa públicoprivada que ha hecho posible que hoy en día 94 pacientes del Hospital Nacional de Kenia hayan superado con éxito un trasplante renal.
El encuentro se ha celebrado bajo la dirección del catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona, Miquel Porta y con la colaboración de la Escuela de Salud Pública de Menorca, la Sociedad Española de Epidemiología y Novartis. Miquel Porta explicaba en la inauguración: ‘Debemos valorar, visualizar, cuantificar y promover mejor los inmensos beneficios que para las personas y las comunidades tienen numerosas políticas sensatas, que en parte ya existen y que desarrollan ciertas industrias, instituciones y sectores económicos como la educación, el arte y la cultura, la salud y la economía’.
Humberto Llavador, profesor de Economía de la Universidad Pompeu Fabra destacó la necesidad de que cualquier análisis riguroso de políticas públicas requiere una descripción explícita del concepto de bienestar, de los juicios de valor o criterios de justicia y las asignaciones o sendas factibles.
Idelfonso Hernández, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández explicó en su intervención que ‘la capacidad de superar los retos de futuro de la salud del conjunto de la población a nivel regional y a nivel global, subyace en la capacidad que tengamos para construir sociedades con mayor calidad democrática y en las que los valores de comunidad, solidaridad, y en fin, humanidad, sean ampliamente compartidos. Ese es precisamente el pilar de la salud pública, el respeto a los derechos humanos y la justicia social efectiva’.
El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Pompeu Fabra, Fernando G. Benavides, destacó que uno de los retos de la salud pública es ser capaz de influir en las políticas pública y privada para que aquello que de verdad ta a los ciudadanos, su bienestar, sea tenido en cuenta.
Durante el encuentro también se debatió el papel que la historia juega en el bienestar de la población. ‘Una sociedad que no puede discutir su memoria histórica es una sociedad enferma. Una sociedad que no es capaz de mantener un diálogo libre, sin descalificaciones sobre los fundamente de su organización actual no es una sociedad madura’, explicó el historiador Miguel Ángel Martín Gelabert.