Conseguir mayores rendientos de una persona jugando, ya que todo es susceptible de servir para juego, incluso en la empresa. Favorece la Comunicación, la colaboración, la creatividad, la solidaridad y sobre todo la motivación. ¿Cómo? A través de la gamificación o, mejor dicho, ludificación (según la Fundación del Español Urgente).
La ludificación es una disciplina que debemos tener muy en cuenta, pues mueve actualmente unos 200 millones de dólares en el mundo y se cree que el sector crecerá mucho más, hasta los 2.800 millones de dólares en 2016 (datos del estudio de M2 Research).
¿Cómo podemos llegar a la ludificación?
Las dinámicas tienen que plantearse como un reto, que requiera un esfuerzo para superar niveles de dificultad; tiene que contar con clasificaciones y recompensas (pueden ser virtuales). Su duración puede ser corta o larga y desarrollarse en establecientos, redes sociales o en la misma oficina de trabajo.
Con estos ingredientes logramos enganchar al usuario, que rompa con su rutina; una experiencia que se fija en su memoria y que puede sacar lo mejor de él, inspire positivismo y desvanezca miedos o recelo inicial.
Entornos lúdicos que conectan con la gente y les inspira a participar y sentirse integrados, ser más sociales y productivos; trabajar en equipo y llega a esforzarse lograr un mundo mejor.
Ésa es la teoría de la investigadores y desarrolladora de juegos Jane McGonigal, que sostiene que ‘las personas somos mejores en los juego que en la vida real’ y más persistentes, confiamos en llegar al éxito, lo que la ludificación puede ser una herramienta motivadora a la hora de aunar conciencias y ser más solidarios. Naciones Unidas ya lo ha puesto en práctica con su concurso de lucha contra el hambre, Free Rice donde las empresas patrocinadoras donan 10 granos de arroz cada respuesta que acertamos.
Desde Linkedin con su barra de centaje de perfil completado hasta la clasificación de la Liga Fantástica de Marca o Foursquare están poniendo en juego estas estrategias. Esta red social nos seduce que sus check in y clasificaciones en restaurantes, hoteles u otros centros hosteleros, donde también podemos competir ser los visitantes más fieles y dejarlo patente ante nuestro grupo de amigos.
Asismo nos podemos encontrar con plataformas que monitorizan e plementan estas mecánicas de juego. Las hay para casi todos los gustos, e incluso para ayudarnos a comunicarnos en una lengua extranjera. Un juego que ya ha cautivado a 16 millones de personas que aprenden y practican idiomas con Livemocha. Para conseguir más reconocientos, tenemos la opción de ejercer de embajadores de nuestra lengua y ayudar a otros miembros a conocer nuestro idioma nativo.
Otra app con una historia interesante detrás es Superbetter (Supermejor). La idea surgió de una chica que sufrió un accidente grave y que le hizo plantearse su existencia y buscar una nueva motivación. Conclusión: sacar lo mejor de los juegos y aplicarlo a su vida cotidiana, una vida como un videojuego y con objetivos, enemigos y aliados. Esta prueba de superación personal cuenta con una serie de misiones y consejos avalados un equipo de profesionales y su pretensión es sacar una sonrisa incluso de los momentos difíciles (buena falta hace).
Ana Sánchez, 101 formas de comunicar
Seguiremos informando…