Eduardo DíazRubio, jefe de Oncología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, considera una necesidad que, para encaminarnos de la era de las dianas moleculares a la era de la genómica, ‘el refinamiento molecular debe trasladarse de los centros de investigación a los hospitales’.
Durante la Jornada de Formación en la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS) sobre Medicina Personalizada y Biomarcadores en Cáncer Colorrectal Metastásico, el doctor Eduardo DíazRubio ha recalcado que el pacto de la Medicina Personalizada en cuanto a eficacia (actividad), seguridad (toxicidad) y eficiencia (costo) solo se da en el campo de la Oncología. El oncólogo del Clínico San Carlos ha argumentado que en esta especialidad ‘el terreno de juego’ está muy delitado: ‘Un determinado paciente no tiene más allá que de 2 a 8 genes mutados’.
Eduardo DíazRubio ha destacado los tres hitos más tantes de la Oncología: el descubriento del comtamiento de la célula tumoral, donde cada célula tiene su propia personalidad dentro de un determinado tumor; el genoma humano, donde ha reconocido que trabajar con genes es complicado y que no estamos preparados para ello; y las proteínas quinasas o kinoma humano.
El doctor José Luis Motellón, director médico de Amgen, ha apoyado estas palabras y ha hecho hincapié en que, a diferencia de lo que ocurre en los estudios clínicos, cuando un paciente acude a su médico, este ‘no trata a una población, trata a un paciente específico’. Por tanto, su reto descansa en ‘identificar a priori qué terapias serán eficaces y seguras para cada paciente’.
Para ello, hay tres puntos a tener en cuenta. El prero es conocer las características de la enfermedad en cuanto a localización y extensión, y conociento de la fisiopatía, pues ‘hay muchos tipos de cáncer colorrectal’. En segundo lugar, ha señalado que los mecanismos fisiopatológicos diferentes requieren fármacos diferentes. Por últo, ha mencionado las terapias dirigidas, es decir, identificar la vía la que se desarrolla el cáncer y buscar la terapia que mejor se ajusta.
A modo de ejemplo, ha explicado que en la identificación de los pacientes que se benefician del tratamiento antiEGFr, la supervivencia global pasó de 20 meses cuando se trataba al 100% de los pacientes con cáncer colorrectal metastásico, a 26 meses cuando se trataba a pacientes con RAS no mutado (el 49,8% de los pacientes con cáncer colorrectal metastásico). Con esto, ha querido ilustrar que con la medicina personalizada, aunque aumenta el coste del fármaco utilizarlo en menos pacientes, se puede aumentar la supervivencia y la eficacia, y se reducen los costes al sistema y los efectos adversos innecesarios.
Desde el punto de vista de los pacientes de cáncer, Begoña Barragán, presidenta de GEPAC, ha anado a seguir investigando en esta área, pues, tal y como ha dicho, ‘el desarrollo de nuevas terapias personalizadas, basadas en biomarcadores, suponen un avance extraordinario en cuanto a la reducción de los efectos secundarios derivados de la toxicidad de los tratamientos, lo que se traduce en una mejora de la calidad de vida’.
Seguiremos informando…