Las historias llegan más lejos en este mundo 2.0 y se convierten en un fenómeno transmedia. Ahora que estamos más conectados que nunca, las tramas y los personajes salen de la gran pantalla y se despliegan en otros medios (vídeos, publicaciones, juegos). Esta forma de comunicar y atraer al público fue mencionada prera vez en 2003 el teórico y profesor estadounidense, Henry Jenkins.
La comunicación transmedia rompe con la narración lineal (historias con principio y fin) que pasa a ser fragmentada. Aparecen distintos puntos de vista en distintos sotes, más si tenemos en cuenta que el consumidor es ahora también generador y propagador de contenidos, así como agente activo e interactivo.
Es frecuente confundir transmedia con comunicación crossmedia. Sin embargo, esta últa narración se basa en un único hecho adaptado a distintos medios. El transmedia está compuesto trozos de una misma historia coordinados que se complementan, profundizan en determinados elementos, ya que no pueden entrar en contradicciones.
¿Por qué quedarse con el transmedia?
Además de darnos a conocer una realidad (puede ser ficticia), el transmedia le pre realismo, ayuda a viralizar, atrae a distintas audiencias, mejor aún si se trata de una historia rica en contenido y que empatice con el usuario.
A todos nos vendrá a la mente lo bien que hacen transmedia las películas o series de televisión estadounidenses (y la puesta de gala de superhéroes como Batman), pero en España ya podemos apreciar ejemplos propios. Plot 28 se presenta como el prer universo transmedia de ficción total, intriga recreada en Zaragoza durante la Expo del Agua, ¿os engancha?
Ana Sánchez, autora del blog ‘101 formas de comunicar’.
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