Noviembre y diciembre son meses claves para asegurar la viabilidad comercial de Intereconomía. Y es que Julio Ariza y Luis Sans mantienen reuniones frenéticas con bancos, grandes anunciantes y financistas para renovar los contratos anuales de cara a 2014. Las informaciones llegadas hasta prnoticias indican que al menos dos grandes bancos ya le han dicho que no renovarán sus créditos y varias grandes empresas también le han retirado su patrocinio para no contaminarse ‘con la mala agen’ que va adquiriendo el Grupo después de los últos acontecientos y las protestas públicas de los trabajadores que llevan más de seis meses sin cobrar.
‘No vamos a renovar con vosotros’ es la respuesta más habitual que están recibiendo los comerciales de Intereconomía y Luis Sans, al intentar renegociar los contratos de 2014. El modelo de la cadena de Julio Ariza se basa en contratos anuales con grandes empresas que financian los gastos operativos de la compañía. En el caso de los grandes bancos, éstos canjean publicidad líneas de crédito abiertas a los negocios de Ariza. No obstante, las informaciones llegadas hasta prnoticias indican que los dos modelos comienzan a dar síntomas de agotamiento debido a los grandes problemas que está teniendo la cadena para subsistir.
Sabemos de al menos dos grandes bancos que ya le han dicho no a Ariza y que les han paralizado todos sus créditos. Del mismo modo, grandes anunciantes han dicho a Luis Sans que no seguirán apoyándoles ya que no quieren ver contaminada su agen de marca con los problemas que tiene la cadena. La gota que ha colmado el vaso ha sido la campaña que han emprendido extrabajadores a los que se les adeuda entre nueve y seis meses. Las grandes compañías no quieren ver unidas sus marcas a una compañía que no paga a sus trabajadores.
Por otro lado y en la reunión de ayer con Intereconomía TV Luis Sans se comprometió enésa vez a pagar. Esta vez ha prometido que antes del cinco de noviembre pagarán octubre y antes del diez un atraso. Se ha comprometido además a pagar todo el resto de los atrasos antes del verano de 2014. Ello bajo amenazas de movilizaciones. Los trabajadores creen que nuevamente no se va a pagar nada, aunque mantienen la esperanza de que al menos esta vez se empiece a pagar mes a mes a los que quedan todavía en la empresa.
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