Nos refugiamos en el autoengaño para desviar la atención de una parte de la realidad que resulta muy dolorosa o que se percibe posible de resolver. Y es que, tal y como afirma José María Caballero, ‘el autoengaño es un mecanismo que está instalado en nuestra genética; sin embargo, ‘no funciona del todo bien’. Este especialista en psicología clínica revela cuáles son las personas que tienen ‘todos los visos de autoengañarse’: ‘los perfectos’.
‘En cierta medida todos sabemos un poquito qué es esto del autoengaño’, comenta José María Caballero en OndaSaludable, el programa especializado en salud de OndaCRO. El profesor de posgrado de Psicopatología Forense reconoce que hay un aspecto ‘sano’ del autoengaño, una vertiente en la que clasifica a los fóbicos a volar y a los hipocondríacos: ‘Hay un pedacito de autoengaño que es extremadamente útil. Por ejemplo, estar con probabilidad cero el que un avión se caiga. Cuando subes a un avión, en el fondo sabes que la probabilidad no es cero. El avión se puede caer, pero tú crees que el avión no se va a caer’.
Sin embargo, indica que existe una parte ‘mucho más basta del autoengaño que trae muchos más problemas’. Es en este ámbito donde advierte que el autoengaño ‘no funciona del todo bien’. En concreto, desvela: ‘En las personas que se autoengañan de manera patológica siempre hay un resquicio que te dice que hay algo que no funciona del todo bien: que en eso que estás contando o exhibiendo, y que no lo estás haciendo como una mentira, sino como una forma de aferrarte solo a un pedacito de la realidad y olvidarte del otro, falta alguna pieza’.
El autoengaño solo es detectable los efectos colaterales que conlleva; y el más típico es la repetición. José María Caballero explica que ‘el autoengaño sería la mecha o parte de la esencia que después produce síntomas’ y detalla las dos funciones mentales que tienen que ver con la esencia del autoengaño: la atención y el dolor.
Por últo, lanza ‘una señal de reflexión’ hacia aquellas personas ‘que viven sin dudas, hacia aquellas personas que tienen todo claro, hacia aquellas personas que no desean lo que no tienen, hacia aquellas personas que están extrañamente conformes con todo lo que les pasa, y sobre todo y enca de todo, a un tipo de personas que tienen todos los visos de autoengañarse: me refiero a los perfectos’.
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