El megadespacho que Julio Ariza estaba acondicionando en la calle Modesto Lafuente se ha quedado a medio terminar. Las informaciones llegadas hasta prnoticias indican que los obreros se han declarado en rebeldía hasta que les paguen lo que se les debe. Ariza proyectaba una superestructura tras el inminente desalojo de Calle Fortuny, en el que se incluía una conexión directa con el despacho de Ana Roldán, un baño privado y muchos metros cuadrados. No obstante, la construcción de ha quedado a paralizada hasta nuevo aviso.
Julio Ariza y todo el equipo directivo de Intereconomía entre los que se encuentran Luis Sans, Álvaro Pérez ‘El Bigotes’ y José Antonio de Villegas están a punto de ser desahuciados de sus actuales instalaciones de Calle Fortuny, sede de la Fundación Intereconomía. Un sitio donde los jerarcas del grupo se han abstraído de todas las penurias y todos los problemas que han aquejado a su plantilla en el últo año. Han estado totalmente ajenos a cambios, a incomodidades de los ‘barracones’ de Europroducciones y al desalojo de Castellana 32. Una tranquilidad que se ha acabado, ya que la orden de ‘lpiar’ el local de sus actuales inquilinos ya ha sido dada.
En este entendido Julio Ariza no ha querido perder sus privilegios y hace unas semanas comenzó unas faraónicas obras –propias de un grupo quebrado que no paga a sus trabajadores en una planta completa de Modesto Lafuente, sede actual de las dos Radios y de ‘La Gaceta’, donde pretende instalar a todos sus directivos. Para ello mandó a construir un megadespacho con comodidades propias de un Consejero Delegado de una empresa del Ibex, con un baño privado dentro de la oficina y con una conexión directa con las dependencias de su mano derecha: Ana Roldán.
Llevaban varias semanas de la construcción, hasta que las obras se paralizaron misteriosamente hace unos días. Y es que los obreros a cargo del despacho no han cobrado y han decidido declararse en rebeldía y no retomar su trabajo hasta que se les abonen sus emolumentos. Es sorprendente que Julio Ariza y su equipo sigan emprendiendo obras y no paguen lo que deben, y que además ninguna autoridad tome cartas en el asunto. Mientras, Ariza y sus directivos deberán seguir esperando hasta poder tomar posesión de sus nuevos despachos… hasta que paguen.
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