‘El paradigma comunicativo ha cambiado: ya no se comunica lo que se hace, se comunica haciéndolo’, Xurxo Torres, socio fundador de la agencia Torres y Carrera analiza en esta columna cómo se producen los cambios en las percepciones de los públicos a lo largo del tiempo.
La sociedad civil fue enunciada Jurgen Habermas en la década de los 70 como un eje de poder emergente en las sociedades democráticas. El filósofo alemán sostenía que más allá de la tradicional división de poderes y de los colectivos que ésta conllevaba la ciudadanía daba pasos agigantados hacia un horizonte de democracia directa.
Cuarenta años más tarde, los nuevos canales de comunicación en especial las redes sociales han hecho real la evocación de Habermas sobre una democracia directa y además lo han hecho añadiendo a esa democracia directa la capacidad para actuar de forma inmediata, en tiempo real.
En las últas semanas ha tomado cuerpo un debate coherente con la existencia de una recuperación económica que todavía no se nota en la calle. Por una parte, el Gobierno ve ratificada su estrategia de comunicación (los silencios, las incomparecencias, las intervenciones desde el plasma) que a los ciudadanos lo que les preocupa es que las cosas vayan bien. Por otra, la oposición se pregunta nerviosa cómo es posible que no haya más gente en la calle.
Ambas corrientes de opinión parecen olvidar que los cambios estructurales nunca se han resuelto en términos de legislaturas sino de generaciones. Y que, históricamente, las situaciones de desigualdades extremas no se sostienen en una sociedad de trasparencia comunicativa.
Ni el Gobierno ni los partidos en la oposición (o sea, la denominada clase política) parece percatarse de que la sociedad civil tiene su propio ritmo. Y, en efecto, se puede interactuar con ella pero no manipularla punemente hasta el infinito. El paradigma comunicativo ha cambiado: ya no se comunica lo que se hace, se comunica haciéndolo.
Xurxo Torres es socio fundador de Torres y Carrera