Hace unos días la entidad Ibercaja saltaba de nuevo a las tadas de los medios de comunicación la inminente subaste de la casa donde una familia con un niño que padece cáncer. Finalmente, la entidad ha decidido paralizar el proceso tras el aluvión de críticas. Mientras la entidad, a través de su fundación, trabaja intensamente en programas de RSC y ayudas a los más desfavorecidos. De nuevo nace la pregunta: ¿Dónde debe actuar la RSC y el buen gobierno de una empresa?
Durante varios días la casa de una familia de Fuenlabrada se ha convertido en un provisado plató de Televisión. Hugo, un niño con leucemia, aparecía junto a su madre y su padre en su casa pidiendo a la entidad bancaria Ibercaja que favor, paralizasen la orden de subasta de su casa, ante la posibilidad de la familia de hacer frente al pago de la hipoteca contraída.
La historia apareció en tada de los diarios nacionales y ocupó minutos de televisión. La historia tenía todos los ingredientes para convertirse en ‘ca’ de telediario, y así fue. La agen de Ibercaja sufrió un duro revés y la entidad bancaria decidió contestar a la prensa a través de un comunicado: ‘Una vez conocidas las circunstancias las que atraviesa la familia de Carmen Ayllón y Raúl de Roa, Ibercaja ha decidido pedir la suspensión de la subasta de la vivienda, que estaba prevista para el próxo día 11. Así se ha transmitido esta mañana a la familia, con la que se ha acordado volver a estudiar una solución razonable para ambas partes, teniendo siempre en cuenta las circunstancias personales que están viviendo’. La presión de las redes sociales, y las más de 190.000 firmas recogidas a través de la plataforma Change.org
La decisión del banco llegaba cuando el daño estaba ya hecho. Esta acción ha hecho tierra los esfuerzos de la compañía en poner en marcha programa de RSC y compromiso con la sociedad a través de la Obra Social de Ibercaja. Casi al mismo tiempo que toda la maquinaria para que esta familia de Fuenlabrada mantuviese su casa, la entidad bancaria desarrollaba la campaña ‘Regalos Necesarios’ junto con Cáritas para ayudar a ‘los parados, la infancia, los inmigrantes, los voluntarios’.
El ejemplo de Ibercaja pone de manifiesto la necesidad de la integración de la Responsabilidad Social Corativa, más allá que una acción de ‘maquillaje’, dentro de las mismas políticas de las compañías. En este caso, sobre la maltrecha reputación de las entidades bancarias, afectadas de lleno durante los últos años.
Seguiremos informando…