El vicepresidente de la consultora de comunicación Burson Marsteller se encuentra en uno de sus peores momentos después de salir a la luz el escándalo de las ‘tarjetas b’ de Caja Madrid. Astorqui, dircom de la caja durante 13 años, fue uno de los beneficiarios de estas tarjetas además de bonus especiales fijados el expresidente de la entidad, Miguel Blesa.
Muy caro está saliendo a Burson Marsteller mantener en nómina a Juan Astorqui, vicepresidente de la compañía en España. Si las cosas para la familia de Carmen Valera no iban demasiado bien en los últos tiempos, ahora tiene que enfrentarse a uno de los escándalos de fraude más sonados de los últos años. Y es que su vicepresidente, esa figura que Carmen Valera tuvo que inventarse para recolocar al ex consejero delegado, Juan Astorqui, se ha visto envuelto de lleno en el escándalo de las ‘tarjetas b’ de Caja Madrid.
De la gloria a la decadencia
Después de trabajar en distintos medios de comunicación, Astorqui llegó a ser consejero delegado de la agencia de comunicación Burson Marsteller España, justo en uno de los mejores momentos de la empresa en nuestro país. En 1996 Astorqui abandonó el puesto para ocuparse de la dirección de Comunicación de Caja Madrid, tras la llegada de Miguel Blesa. Juan Astorqui se convirtió en el hombre de confianza de Blesa, atendiendo a su título de dircom.
Durante su etapa de director de comunicación y relaciones institucionales además de otras responsabilidades como marca o patrocinios, Juan Astorqui no solo se convirtió en uno de los hombres que ‘manejaba’ los presupuestos más abultados en el mundo de la comunicación, su sueldo también era digno de admiración y celos. Según las investigaciones presentadas a la Audiencia Nacional Bankia, Astorqui disfrutaba de un sueldo anual de 1.370.000 euros, al que habría que sumar los gastos de su ‘tarjeta en b’, que llegaban a hasta los 293.000 euros anuales, con una media de gastos de 36.000 euros mensuales. Además, Astorqui fue uno de los 10 directivos elegidos Blesa como beneficiarios de un programa de fidelización. Blesa estableció que diez directivos (incluido Astorqui) recibirían un incentivo a largo plazo (ILP) consistente en una remuneración adicional ligada a los resultados anuales de la caja.
Durante estos años Astorqui nadó en la abundancia, no solo de presupuestos para su departamento, sino también para su beneficio propio. Esta situación se vio incrementada en los últos meses de mandato de Blesa en Caja Madrid. En tres meses del año 2010 Astorqui gastó 27.900 euros frente a los 51.700 de todo 2009.
Esta situación cambió cuando Rodrigo Rato asumió la presidencia de la caja el 27 de enero de 2010. En Marzo de ese mismo año Astorqui era relevado de sus funciones el nuevo presidente de la Caja.
Sin embargo, Astorqui supo cómo asegurarse su futuro a base de clientelismos. Fue Carmen Valera quien le rescató como ‘consejero’ de la compañía, aunque ella misma tuvo que ‘rehacer’ la maraña del organigrama que había creado. Con el tiempo la figura de Astorqui quedó relegada a vicepresidente de la compañía, desempeñando un cargo institucional (o más representativo que otra cosa).
El clientelismo de Astorqui en Caja Madrid también se vio claramente en otros movientos de dudosa ‘transparencia’. Curiosamente, la hija de su jefe, María José Blesa, comenzó a trabajar en la agencia Shackelton pocos meses después de que la Caja adjudicase la cuenta a la empresa de publicidad sin concurso alguno. Precisamente, Astorqui, como responsable no solo de comunicación, sino también de marca y patrocinio entre otros muchos cargos, fue el encargado de la maniobra que hizo ser a Shackelton la agencia de publicidadde Caja Madrid hasta la llegada de Rato en 2010, informa Economía Digital. ¿Casualidad?
El eterno Dircom de Blesa
Desde que llegase a la consultora Burson Marsteller en 2010, Juan Astorqui no se ha definido precisamente haber sido muy activo en sus funciones. Es más, la figura de Astorqui ha seguido ligada de lleno a su anterior jefe Manuel Blesa, incluso hasta en los momentos más complicados. Fue el mismo Astorqui quien salía en defensa de Blesa en 2013 con el envío vía email un comunicado de su ex jefe, Miguel Blesa, a los medios en el que desmentía los cobros un te de 600.000 euros que le habría pagado el Partido Popular, en pleno escándalo de los pagos en negro a la financiación del partido.
Futuro ¿incierto?
Envuelto en el escándalo de ‘las tarjetas b’, son muchos los que aseguran que su continuidad en Burson Marsteller es inviable. Otros, el contrario aseguran que Astorqui tiene su puesto más que asegurado, y que son muchos los favores que aún tiene cobrarse.
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