Google compra Nest 3.200 millones de dólares. Un titular sencillo, directo, sin miramientos. El pez grande sigue alentándose a base de bien y buscando nuevos lugares que surcar en el profundo océano de la Red. La sorpresa llega cuando te preguntas: ‘pero… ¿qué es Nest?’.
Nest es una compañía que fabrica dispositivos domésticos, concretamente termostatos y detectores de humo. Aparentemente, es otro pez más, resultón, ágil y con miras de ser más grande en un futuro cercano. Sin embargo, su tancia no radica en los dispositivos que atesora, sino en las herramientas que puede ser capaz de atar a los hombres de Larry Page. Resulta inevitable pensar en el intet de las cosas.
La perspectiva se confirma cuando se conoce que los dos fundadores de Nest, Matt Rogers y Tony Fadell, son antiguos empleados de Apple. He aquí la estrategia: os compramos los dispositivos que tenéis y los que podéis llegar a desarrollar. Y así, de refilón, mordemos un poquito más la ‘manzana’.
Domótica, aparatos conectados y torrentes de información doquier en forma de Big Data generados las actividades y el consumo de los ciudadanos llevan también a un control exhaustivo de los hábitos de cada individuo. La adquisición de Nest parte de Google evidencia que tendemos a un mundo en el que se analizarán todas tus acciones cotidianas, incluso, cuando no las lleves a cabo. El intet de las cosas presenta una dicotomía perante: ceder el control de tu cotidianeidad al servicio de las compañías o renegar convirtiéndote en un ermitaño analógico.
Y como muestra, no hay más que echar la vista al pasado más reciente en la feria tecnológica CES 2014: es el momento de la tecnología wearable, o tecnología ponible, al servicio de las masas. LG con su LifeBand Touch, el reloj inteligente Pebble Steel o el cepillo desarrollado Kolibree, que detecta cuánto sarro se elina con cada uso, son gadgets del futuro más próxo.
Termostatos, neveras, cepillos, gafas, pulseras e infinitos artículos de ropa que registran todos nuestros movientos. En busca de esos datos tan valiosos que generamos, el grueso del mundo tecnológico empresarial está estrujándose los sesos para digitalizar los instrumentos de uso diario. Y entre tanto, Google permanece pendiente del panorama y apostando el pulso de la métrica de las experiencias cotidianas.
Llamando a tu puerta, autoinvitándose a tomar café y a vivir contigo, al menos durante una temada, con un único objetivo: gobernarlos a todos.
Carlos Berki, de Best Relations.