Como cada profesión, la publicidad tiene sus peculiaridades. También sus profesionales tienen características comunes y que en ocasiones deben superar. Rafa Gil, director creativo en Kitchen, habla con prnoticias de las idiosincrasias del sector al hacer un recorrido sus trece años de experiencia. El publicista, que ha trabajado en la agencia para marcas como Bankinter, Sunny y Greenpeace; ofrece consejos para quienes se estén iniciando en esta área del g.
Rafa Gil, de ‘La agencia de publicidad que tiene nombre Kitchen’, afirma que la publicidad ‘siempre es un poco difícil’ y que ‘eso es lo bonito’ de la profesión. También confiesa: ‘A mí lo que me dio la otunidad no fue el talento, fue el morro’.
¿Qué haces tú cuando sufres de insomnio creativo?
Es curioso que el prer fin de semana que trabajé en publicidad, siendo yo trainee, me acuerdo de que estuve toda la noche soñando con que hacía anuncios. Me di cuenta de que era una profesión muy absorbente. Trabajo mucho no llevarme los problemas a casa y descansar para cuando me enfrento estar lúcido. Para mí el insomnio es esa parte de angustia de que no se te ocurran cosas, es el día a día, es constante; estás luchando siempre que se te ocurra una idea y entonces ese sufriento es mi insomnio creativo particular.
Juan Nonzioli [Shackleton] señalaba que al principio le costaba no llevarse trabajo a casa o no quedarse más tiempo en la agencia. ¿Crees que pasa mucho?
Sí que los que nos dedicamos a esto somos muy apasionados, entonces es normal que nunca des el trabajo perfecto. Como no aprendas a compartentar un poco tu cabeza el insomnio puede convertirse en literal; entonces hay que tener cuidado.
¿Qué es lo que te ha sido más difícil en el mundo de la publicidad?
Yo comparo mucho ser creativo con salir a correr: es algo que sufres y disfrutas a la vez. Siempre es difícil, pero siempre es gratificante y si es fácil es aburrido. Para mí siempre es un poco difícil, eso es lo bonito.
¿Cómo empezaste en publicidad?
Empecé a estudiar publicidad y a mitad de carrera me di cuenta de que lo que quería era hacer anuncios. Entonces me hice una carpeta y la llevé a Contrapunto; allí la vio Juan Silva y ese verano conseguí unas prácticas y me quedé. Me contrataron y no acabé la carrera: me quedé en Contrapunto y de ahí hace 13 años o 12.
¿Qué campaña que hayas realizado te enorgullece más?
No sé si las que más, pero son recientes, en las dos he estado envuelto, han tenido eco y estoy muy satisfecho. Una es la campaña con la que ganamos el concurso de Aegon, lanzamiento de la aseguradora a nivel de comunicación. Luego, una campaña que hemos hecho para Ayuda en Acción, que le dice al hambre que se meta con alguien de su tamaño: está toda España y recibiendo críticas increíbles.
¿Qué campaña envidias de la competencia?
De aquí Sra. Rushmore; siempre todo lo que hacen, incluso lo más alenticio, me parece que tiene algo. Y Lola me gusta que tienen un tono, que es algo que se echa de menos de vez en cuando en las agencias. Shackleton también me gusta.
¿Y algún profesional, en concreto, al que admires?
Los que yo considero mis dos maestros han sido Juan Silva y José Luis Moro. No es idealización gratuita, es alguien que he tenido delante, le he visto pensar y me han atado mucho. Lo digo desde el conociento y no desde la idealización.
Hablando con alguien que ha trabajado con ellos, ¿cómo son?
Juan [Silva] yo siempre digo que es como que no ha tenido una idea mala en su vida. De José Luis Moro me gustaba no sólo lo que pensaba sino la forma en la que él cogía las ideas mías y de Rafa Fortis y las llevaba a otro nivel. Era alguien que tenía la confianza del tipo que si no veía algo pero tú sí muchas veces confiaba. Y a la hora de presentar creatividad ha sido muy valiente; yo quiero ser así.
¿Cuál crees en general que ha sido la mejor campaña de 2013?
De buenas… ‘Calvo Madres’, me parece increíble.
Rafa, ¿cuál es la mayor campaña de autopromoción en la que has participado?
Una que hicos hace muchos años en Remo. Fue una que íbamos a hacer para Calle 13 y no nos la compraron. La teníamos rodada y dijos ‘pues la hacemos para nosotros’, que estaba muy guay. Era sobre un hijo que descubría a sus padres poner los regalos de Navidad y cuando ocurría eso el padre se quitaba una máscara, veíamos que realmente era el Rey Baltasar, que decía ‘los padres no existen’.
¿Qué consejo le darías a alguien que inicia en el mundo de la publicidad?
El consejo que puedo dar a los estudiantes de publicidad que de verdad quieran llegar a trabajar o lo que tengan en la cabeza es que se quiten de en medio todos los mensajes negativos de que la cosa está muy mal. Hay que ser así de tonto o de idealista, pero o tienes esa mentalidad y tienes mucho morro… A mí lo que me dio la otunidad no fue el talento, fue el morro. Y ves que la mayoría de gente piensa ‘¡Ay, no! ¿Para qué voy a llamar? ¡Qué vergüenza, si seguro que no necesitan a nadie!’.
¿Y en Contrapunto cómo entraste?
Llamé a gente que no conocía de nada buscando en las páginas amarillas: ‘Hola, ¿alguien me pude mirar la carpeta?’ y de repente en TBWA un chico la vio, me dijo ‘esto no está bien’ y me dio consejos para volver a hacerla. La volví a hacer y me dijo ‘llama a Juan Silva’. Y Juan Silva me atendió un martes y el miércoles me llamó para empezar al día siguiente, algo así. Yo lo que puse de mi parte fue determinación, que es lo que, afortunadamente para el que la tiene, no hay mucho. Hay más talento que ganas. Yo creo que hay mucha más gente con talento que gente con ganas y sin vergüenza, que se atreve a hacer cosas y que no le da miedo el rechazo. Ese empuje, ese no pensar, es el que te ayuda a conseguir las cosas. Cuanto más piensas más motivos encuentras para no hacerlas.
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