‘Las vacunas podrían morir de su propio éxito’, comenta Esther Redondo, coordinadora nacional del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de SEMERGEN. Ante este supuesto, la experta pide la ayuda tanto del personal sanitario como de los medios de Comunicación para cambiar los patrones de la sociedad, sobre todo, del colectivo adulto, donde percibe ‘poca concienciación sobre el valor de las vacunas’.
Las políticas vacunales de nuestro país datan de los años 60, pero pese a su relativa longevidad, existen cohortes de población desprotegida, como pueden ser los adultos; una bolsa de población que centra la preocupación de los expertos, sobre todo, en lo que tiene que ver con la enfermedad neumocócica, curiosamente, la prera causa de muerte prevenible vacunación en el mundo. Entonces, ¿qué está fallando?
Juan José Picazo, jefe de Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Clínico San Carlos y presidente de la Sociedad Española de Quioterapia, comenta que con la edad se incrementa el riesgo de incidencia de la enfermedad, algo sobre lo que no hay suficiente concienciación que ‘funcionan tan bien que algunos olvidan que existen ciertas enfermedades’. A este respecto, asegura que los medios de Comunicación tienen un tante papel para crear motivación hacia las vacunas en general y la del neumococo en particular’.
Esther Redondo se suma a esta afirmación. Para ella, quienes pueden conseguir ‘cambiar los patrones y que se deje de creer que las vacunas son cosas de niños son, sobre todo, los profesionales sanitarios y los medios de comunicación’.
Los expertos han señalado que en torno a la vacunación en adultos existen falsos mitos:
1 Las vacunas son cosa de niños. El doctor Picazo explica que la vacunación en niños ha hecho descender el contagio en adultos y otros niños, pero esto no es más que una sensación de los adultos, pues no están inmunizados.
2 Las vacunas no son seguras. La doctora Esther Redondo subraya que la aprobación de una vacuna requiere unos estrictos controles previos a su protocolización para ser aplicada en humanos, unos protocolos más severos y estrictos que en cualquier tipo de medicamento.
3 Las vacunas causan muchos efectos secundarios. Esther Redondo indica que los efectos secundarios adversos en una vacuna son extraordinariamente raros. Frente a esto, lo que sí señala como algo verdaderamente peligroso es un brote infeccioso.
4 La vacuna antineumocócica es estacional. Los expertos remarcan la tancia de la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente en adultos a partir de los 50 años y en aquellos con patología de base, y desmiente que esta vacuna sea estacional. ‘Se suele aprovechar la época de vacunación de la gripe, pero no tiene nada que ver’. Además, su administración no es anual. La duración de su protección es prolongada.
5 Hay vacunas para enfermedades que ya no existen. Los expertos comentan que hay enfermedades que ahora mismo están erradicadas gracias a la acción de las vacunas, pero cuando se bajan los niveles de vacunación, las enfermedades vuelven.
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