En la Tierra a jueves, noviembre 21, 2024

La Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly en Diabetes pone en marcha MIDpoint

La diabetes tipo 2 (DM2) es una de las patologías con mayor prevalencia en nuestra sociedad y su abordaje terapéutico requiere unos conocientos y habilidades específicas parte del profesional sanitario. En los servicios de Medicina Interna, donde habitualmente se atiende a este tipo de pacientes, el manejo clínico de la diabetes se complica las condiciones pluripatológicas que suelen presentar los mismos.

 

‘Varios estudios epidemiológicos han mostrado que aproxadamente el 80% de los pacientes con DM2 tienen al menos otro proceso crónico asociado. En el 15% de los casos, los pacientes tienen cuatro o más de estos procesos’, señala el Dr. Demetrio Sánchez Fuentes, Coordinador Científico del Programa MIDpoint y Jefe de Medicina Interna del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles (Ávila). ‘Además, conviene destacar que la comorbilidad no es exclusiva de los diabéticos ancianos’.

 

Para dar respuesta a las necesidades de formación de los médicos internistas en torno al abordaje integral de los pacientes con diabetes tipo 2 y comorbilidad asociada, desde la Alianza entre Boehringer Ingelhe y Lilly en Diabetes se ha puesto en marcha el programa MIDpoint. Se trata de una iniciativa de Formación Médica Continuada cuyo principal objetivo es trasladar los últos avances en el tratamiento integral de la DM2, ofreciendo herramientas a los especialistas para el manejo de pacientes pluripatológicos con DM2.

 

Comorbilidades más frecuentes

Las comorbilidades más frecuentes en los pacientes con diabetes tipo 2 son la cardiopatía isquémica, la depresión, los trastornos musculoesqueléticos y situaciones dolorosas, explica el Dr. Sánchez Fuentes. El experto apunta que conseguir un adecuado control glucémico, especialmente en las fases iniciales de la diabetes, es la mejor manera de prevenir la incidencia de otros procesos crónicos que pueden acompañar la diabetes.

 

‘La presencia de comorbilidad aumenta los riesgos del paciente: tiene menor calidad de vida y la probabilidad de tener peor evolución de la enfermedad aumenta’, añade el médico internista. Además, el Dr. Sánchez Fuetes advierte que ‘la multorbilidad suele hacer necesario el uso de múltiples fármacos, lo que aumenta el riesgo de interacciones y efectos adversos de la medicación’.

 

Por ello, los tratamientos propuestos deben ser acorde con las características y perspectivas del paciente, y deben tenerse especialmente en cuenta los criterios de seguridad de los fármacos, sin olvidar su eficacia. ‘Actualmente, todas las guías de práctica clínica recomiendan que los objetivos sean individualizados en función de las características de los pacientes’.

 

El Programa MIDpoint dedica un capítulo especial al uso de los inhibidores de DPP4 en el tratamiento de la DM2. El Director Científico de la iniciativa defiende que esta clase de fármacos son una opción razonable para añadir a la metformina cuando ésta y un adecuado estilo de vida no logran alcanzar el control glucémico deseado. ‘Linagliptina, a diferencia de otros inhibidores de DPP4, apenas tiene elinación renal, lo que permite su uso sin necesidad de ajustes según la tasa de filtración glomerular. Hay estudios que han mostrado su eficacia y seguridad en pacientes con insuficiencia renal avanzada’.

 

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