Omnicom Group Inc y su rival Publicis Groupe SA cancelan la fusión que se habían propuesto desarrollar, valorada en 35.000 millones de dólares. Noterica ha indicado que la causa ha sido unos retos demasiado grandes para los socios. Este medio indica que el acuerdo, anunciado en julio, no se lleva a término debido a la compleja estructura tributaria.
El presidente ejecutivo de Omnicom, John Wren, ha explicado a Reuters que ‘no hubo un solo factor’ para la cancelación del acuerdo y ha explicado, recoge Noterica: ‘Hay un montón de cuestiones complejas que no hemos resuelto. Hay fuertes culturas corativas en las empresas que nos retrasaron para llegar a un acuerdo. No hubo una línea de meta clara a la vista y la incertidumbre nunca es una cosa buena cuando uno está en el negocio de servicios personales’.
Las dos firmas habían justificado la fusión planeada como una forma de procionar la escala y el capital para hacer frente a las fuerzas tecnológicas que están cambiando el curso del negocio de la publicidad.
Por otro lado, el CEO de Publicis, Maurice Lévy, ha señalado que ‘la decisión de suspender el proceso no fue ni agradable ni fácil, pero fue algo necesario’, en un comunicado, y que ‘prolongar la situación podría haber dado lugar a la desviación de la dirección del grupo de su función principal: servir mejor a nuestros clientes’.
Hubo una serie de puntos de fricción sobre la transacción, incluyendo el fracaso de las empresas acordar un director financiero que se habría hecho cargo de plementar el acuerdo, dijo una fuente cercana a Publicis a la publicación.
La elección crucial del director financiero, una posición clave que determinaría cómo operaría la empresa, ya sea con la estructura centralizada de Publicis o bajo el enfoque menos controlante de Omnicom a las filiales, podría haber sido la gota que colmó el vaso para desistir.
Las cuestiones fiscales también resultaron complejas, como indicó Wren públicamente en en abril, cuando dijo que aún tenían que obtener la aprobación de su plan para tener la residencia fiscal en el Reino Unido mientras la sede legal seguía estando en Holanda.
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