La función reproductora de los seres humanos comienza en la mujer, desde un punto de vista biológico, cuando el organismo adquiere un desarrollo suficiente para sotar el embarazo y cuando se alcanzan las reservas energéticas necesarias que aseguren poder llevar a buen término incluso con una alentación escasa.
En el caso del varón, cuando su desarrollo coral permita proteger a la mujer y al niño, así como asegurarle sustento a ambos. De igual manera, cuando el organismo envejece y empieza a tener dificultades para cumplir estas misiones, la fertilidad se reduce en el caso del varón y desaparece en el caso de la mujer, con la llegada de la menopausia.
Hay que tener en cuenta que la función reproductora exige, sobre todo a la mujer, un esfuerzo energético y adaptativo muy tante y, con la edad, la capacidad de adaptación disminuye de forma notable. Estas situaciones suponen, desde el plano biológico, el comienzo del fin de la existencia como organismos vivos. Sin embargo, el incremento de la esperanza media de vida hasta más de los 80 años supone que una mujer va a vivir más de 30 años sin la protección de los estrógenos y eso redunda en una pérdida tante de su calidad de vida. Por ello, Jesús F. Tresguerres, Catedrático de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y Responsable de la Unidad de Calidad de Vida de la Clínica Tambre, nos recuerda que es tante plantear tratamientos que mitiguen los problemas derivados de la falta de dichas hormonas y, así, tratar de combatir la osteoosis, os problemas cardiovasculares y todas aquellas alteraciones de tipo degenerativo dependientes de las mismas.
Algo parecido ocurre con el varón, si bien de forma menos evidente. Con tratamientos personalizados se puede seguir manteniendo una excelente calidad de vida, independientemente del paso del tiempo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la menopausia se define como el cese permanente de la menstruación. Los síntomas de este proceso en la vida de la mujer son bastante conocidos como es el caso de los sofocos, pérdida de masa ósea, depresión, irritabilidad y un largo etcétera provocado la deficiencia estrogénica.
En el caso de los varones, el claterio masculino es progresivo y se inicia a una edad variable para cada individuo. Se manifiesta con la disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales, dificultad para conseguir una erección completa y reducción del volumen y la fuerza del eyaculado. En conjunto, se observa una tendencia al descenso de la concentración de testosterona total con la edad, significativa a partir de los 55 a 65 años, aunque suele permanecer dentro del intervalo de la normalidad. Este descenso se considera un factor de riesgos también para problemas cardiovasculares.
Lo síntomas más tantes provocados la falta de testosterona son:
Deseo sexual reducido
Disminución de las erecciones espontáneas
Engrandeciento patológico de una o ambas glándulas mamarias
Pérdida del vello coral, disminución de la barba
Reducción del volumen y fuerza muscular
Sofocos silares a los de la mujer menopáusica
Testículos pequeños o disminución el su tamaño
Pérdida de estatura, bajo contenido mineral óseo.
Irritabilidad
Falta de concentración
Pérdida de masa muscular
Acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal