En los últos años se ha observado un aumento de las cifras de recién nacidos prematuros. De hecho, actualmente entre el 89% de los niños nacen antes de concluir la gestación completa. No obstante, hay diferencias tantes entre los prematuros en función de la edad gestacional a la que nazcan. En España, aproxadamente el 1,5% de los niños que nacen es muy prematuro, es decir, nacen antes de las 32 semanas.
En las últas décadas los neonatólogos se han volcado en el cuidado de estos niños, que antes de los años 70 tenían pocas probabilidades de sobrevivir. Pero desde principios del siglo XXI los especialistas han observado un tante aumento en las tasas de recién nacidos prematuros tardíos: niños que nacen con una edad gestacional de entre 34 y 36 semanas y que, aunque con mejores condiciones que los muy prematuros, tienen más riesgo de tener complicaciones que los niños nacidos a término. Precisamente la problemática de los prematuros tardíos en nuestro país es uno de los temas principales que se van a abordar en el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de Pediatría (AEP) que se está celebrando en Madrid.
‘El 7% de los niños que nacen en España es prematuro tardío. De estos niños, que pueden alcanzar los 2 kilos de peso y que nacen más cerca de la edad gestacional considerada ‘a término’, se tiene una falsa presión de que no van a tener problemas’, explica el Dr. Josep Figueras, presidente de la Sociedad Española de Neonatología (SENeo), integrada en la AEP. Sin embargo, ‘suelen tener más problemas en la fase del postparto inmediato, de carácter respiratorio, dificultad en la alentación, hipoglucemias o tendencia a la ictericia. También tienen mayor predisposición a los procesos infecciosos y complicaciones de desarrollo neurológico a medio y largo plazo en comparación con los niños nacidos a término’, puntualiza el Dr. José Antonio Hurtado, del Hospital MaternoInfantil Universitario Virgen de las Nieves de Granada.
Aunque la mayor parte de los prematuros tardíos evoluciona favorablemente, los pediatras insisten en la tancia de controlar las complicaciones en estos niños, que son fruto de un organismo inmaduro. ‘Son niños que pueden requerir sote respiratorio y mostrar más dificultades para una correcta adaptación pulmonar al medio extrauterino’, señala el Dr. Hurtado. Además, ‘la mayor tendencia al sueño y dificultades para la succión pueden contribuir a que los tiempos de toma sean muy prolongados y son recién nacidos en que las cifras lactancia materna eficaz son inferiores a las de niños a término. Cuando esto ocurre puede ser necesario el empleo de fórmulas artificiales adaptadas a las necesidades nutricionales especiales de los recién nacidos prematuros’.
Los prematuros tardíos deben tener un seguiento especial, sobre todo en el prer mes de vida. Como indican los pediatras, ‘hasta el momento en que se podría decir que ha llegado ‘a término’, es decir, unas 34 semanas después del naciento’, indica el Dr. Figueras. El control de estos niños puede hacerse, sin ningún problema, desde la atención praria. Para el presidente de la SENeo lo ideal es que ‘la prera visita a la atención praria debería ser antes de la prera semana en todos los recién nacidos, pero en el caso de los prematuros tardíos respetar estos tiempos es fundamental. En función de esa prera visita se programaría la siguiente para una semana o quince días después’.
Consecuencias respiratorias del naciento prematuro
De entre las complicaciones más frecuentes que padecen los niños prematuros, no sólo los tardíos, están las respiratorias. ‘En el caso de los prematuros que nacen entre las semanas 3436 la repercusión es leve, pero los problemas respiratorios en prematuros de menos de 32 semanas pueden permanecer durante toda la vida, ejemplo, en forma de pitos, broncoespasmo o hiperreactividad bronquial’. Además, una entidad muy tante que se da, sobre todo en los niños nacidos antes de las 28 semanas, es la displasia broncopulmonar, una afección que se puede considerar el ‘pago la supervivencia’, pero cuyo pacto se puede minizar ‘evitando las infecciones respiratorias del lactante y niño pequeño, que sobre un terreno displásico las infecciones respiratorias empeoran aún más la situación. En este contexto todas las medidas higiénicas y preventivas, especialmente la vacunación y la administración de palivizumab, juegan un papel fundamental’, explica el Dr. Figueras.